Por desgracia la mentira y la avaricia copresiden el mundo. En la vicepresidencia primera está el cinismo y en la vicepresidencia segunda la maldad. La Presidencia de Honor es para el Rey Dinero, cómo no, esa codiciada llave multiusos que lo abre todo. Al frente de los diferentes ministerios están la incultura, la censura, la desigualdad, la pobreza, la falta de educación, la inseguridad, el desempleo, el racismo, la migración, la violencia de género, la corrupción, el populismo, el cainismo, las guerras y el cambio climático. Este sucio equipo gubernamental paralelo trabaja a destajo en los cinco continentes y está muy por encima de ideologías, opiniones públicas y religiones. Marca permanentemente su paso las 24 horas del día. Sólo hace falta seguir las noticias para constatar que el sucio Gobierno del mundo se pasa por el forro los parlamentos, las leyes, la moral y la ética para imponerse a costa de los de siempre: los de abajo. Es la bota que pisa, la mano que golpea, el misil que desintegra, el precio imposible, la mirada que hiela, el frío que corta, el grito que paraliza. Cada día gobierna con más intensidad ante la impotencia generalizada de los que cada vez entendemos menos. Por eso llevamos años patidifusos y anonadados, intentando comprender qué desastre de mundo le estamos dejando los humanos adultos a nuestos hijos.