El técnico del C.W. Dos Hermanas-EMASESA, exjugador internacional en categorías inferiores, hace las maletas rumbo a Los Ángeles
A sus 34 años (24/02/1981), el que fuera como jugador más alto exponente del waterpolo nazareno a finales de la década de los 90, siendo miembro de las selecciones nacionales juvenil y júnior entre 1997 y 1999, motivo por el que fue elegido en tres ocasiones mejor deportista local en la Gala del Deporte Nazareno, da un giro a su vida. Su destino, California, donde le espera la exjugadora de la entidad sevillana Valentina Rozas, que en breve dará a luz al primer hijo de la pareja.
-Después de toda una vida en Dos Hermanas, llega la hora de cambiar de aires.
-Es todo un reto, tanto personal como laboral. Es un cambio total de vida al que espero tomar el pulso lo mas rápido posible, pero me parece un reto apasionante y espero que salga bien.
-Al otro lado del charco, pero sin dejar de lado al C.W. Dos Hermanas…
-Bueno, intentaré ayudar en lo que pueda, no desconectare del todo del Club. En principio este año continuaré con el seguimiento de jugadoras que podamos incorporar en un futuro.
-Tampoco se apartará de las piscinas.
-No, eso lo tengo clarísimo. Por suerte, en Los Ángeles hay gran cantidad de equipos de waterpolo universitarios, institutos, clubes… Será difícil apartarme de las piscinas con ese ambiente de waterpolo que se vive en aquella zona.
-Le esperan igualmente con los brazos abiertos, y en breve más familia…
–Sí, allí me esperan con los brazos abiertos, o eso espero. Tengo allí a mi pareja, Valentina Rozas, que fue jugadora del Dos Hermanas. Siempre cuento esto que yo la fiché a ella y al final ella me ha fichado a mí. Y dentro poco nos llega uno más a la familia, el pequeño Max, al que ya sólo le queda un mes para nacer. Así que estoy contentísimo.
-¿Cuándo empezó en el waterpolo?
-A mediados de los 90. Estuve antes jugando al baloncesto y en verano practicaba waterpolo. Hasta que un año cambié del todo y me decanté por el waterpolo, un deporte que poco a poco me fue enganchando.
-¿Sus mejores recuerdos como jugador?
-Antes de empezar a entrenar diría que las concentraciones con la selección y el primer día que escuche el himno antes de un partido. Pero cuando pasan los años y empiezas a entrenar, me doy cuenta de que los mejores recuerdos que tengo son con mis compañeros del club por aquel entonces, en especial algunos Campeonatos de Andalucia y España de categorías, en los que nos lo pasamos muy bien.
-¿Y en la parcela técnica, cuándo fueron sus inicios?
-Hace unos 8 años. Después de una lesión dejé de jugar y no tenía muchas ganas de piscina. Abandoné el waterpolo por completo, pero después apareció la oportunidad de empezar a trabajar con el femenino y me gustó la idea.
-Este año deja a sus chicas doble campeonas de Andalucía. Hay futuro en Dos
Hermanas…
-Claro que sí. Tenemos un buen grupo que dentro de unos años tienen que ser la piedra de este proyecto. Ya tenemos a algunas jugadoras empezando con el primer equipo y otras que se van consolidando. Si siguen trabajando así, el futuro a medio plazo está más que cubierto. Ahora toca seguir mirando más adelante.
-Bueno, supongo que será un hasta luego, ¿no?
-Pues no lo sé, la verdad. La intención es que si todo va bien volveré para visitar a mi familia, y a mis amigos, a los que desde aquí les envío un abrazo y les deseo toda la suerte del mundo.
-¿Qué o a quién se llevaría?
–A mi familia y a mis amigos, supongo que es lo único que voy a echar de menos, porque en traerme la familia van incluidos los garbanzos de mi madre, así que con eso ya estaría bien.
-¿Qué me dice de sus chicas?
-Pues quería dar las gracias a todas las jugadoras que han pasado por el Club Waterpolo Dos Hermanas en este tiempo. Sé que es grande el sacrificio en tiempo y esfuerzo que hacen. Y a las que siguen a día de hoy, que lo den todo en cada entrenamiento y que disfruten de cada partido, viaje o campeonato.
-Punto y aparte será entrenar o forjar a jugadoras como Lorena Miranda, toda una campeona mundial y europea, además de subcampeona olímpica; un privilegio y un orgullo, ¿no?
-Por supuesto. Entrenar a una jugadora con esa calidad técnica y humana es un privilegio para cualquier entrenador. Además, en este caso en concreto la calidad humana supera con creces su calidad como jugadora. Sólo espero que podamos disfrutar muchos años de ella en Dos Hermanas. Ahora tenemos que trabajar para intentar que algunas de nuestras pequeñas sigan ese camino. Tienen en quien fijarse.
-Y Javier Cortés, su compañero de aventuras en el banquillo nazareno…
-Le mando mucho ánimo para este año al que ha sido mi gran compañero y amigo en la piscina. Desde aquí le doy las gracias por todo, por los buenos y malos ratos. De todos hemos aprendido.
-¿Algo más?
-Por último, le mando un beso y un abrazo a mi padre, que ha estado estos días con un problema de salud. Le deseo una pronta recuperación.