El sueño de la construcción, de la posesión inmobiliaria en España considerada como principal indicador de progreso, desembocó en la llamada “Burbuja Inmobiliaria”.
Durante unos años en este país, vivimos como si fuera el país de las oportunidades, se podía construir una fortuna en relativamente poco tiempo jugando al Monopoly, y nadie quería quedarse atrás: “Marica el último”, “No voy a ser yo el único tonto que se quede atrás”; Y nos quedamos atrás todos. Eso sí: no se puede olvidar. A modo de memorial del “holocausto del paisaje” quedan miles de metros cuadrados construídos sin sentido y sin esperaranza de tenerlo.
Os recomendamos un paseo por el proyecto 6.000km de Basurama, encabezado con la cita de Miguel Brieva:
“PROGRESO. Proceso mediante el cual la humanidad se percató, en un momento dado, de que lo que antes hacia sosegadamente lo podía hacer ahora a toda prisa y con peores resultados.”
Algunos miran atrás con nostalgia, esperando volver a un momento económico similar, pero esperemos encontrar un mercado inteligente que aprendió de sus errores y encontrar indicadores de progreso en otro lugar.