Rita Montenegro defiende a Pirsic, que acabó lesionada - foto: CD Zamarat.
Como es tradición, dos azafatas le plasmaron besos en la mejilla. El besado iba camino de ser una leyenda. Ese 24 de julio de 1992 Miguel Indurain ganó la contrarreloj de Blois sacándole 2m 53s a Chiappucci, para acumular hasta en 4m 35s falta de dos etapas llanas y tranquila, una, claro, en los Campos Elíseos. Ese día, cuando Indurain sentenció su segundo Tour, nació Rosó Buch (Mataró, 1992). También solo unas horas antes de otro momento clave en la historia del deporte, la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona con Montserrat Caballé cantando Barcelona con las imágenes de fondo de Freddy Mercury, fallecido meses antes, y Epi como portador de la llama olímpica. Antonio Rebollo fue el encargado de encender el pebetero con su flecha. Formada en la Unió Esportiva Centre Catòlic de la UE Mataró, Rosó se decantó por el deporte, como si su nacimiento fuese un presagio, y fue pasando por las categorías inferiores del club hasta llegar al primer equipo en 2010, cumplida ya la mayoría de edad. Un año después hizo las maletas rumbo a Extremadura y alcanzó las semifinales de la fase de ascenso a Liga Femenina con el CB Cáceres. Se lo impidió el CB Bembibre, por el que ficharía semanas después para debutar en la élite y en el que juega su segunda temporada. Un curso que puede ser histórico para el club del Bierzo, pues tras la buena actuación de Rosó Buch (12 puntos y cuatro asistencias) y Rita Montenegro (14 puntos y 12 capturas) ante el CD Zamarat en un partido escaso en el Pabellón Ángel Nieto (55-60), todavía tiene de disputar la Copa de la Reina de Torrejón de Ardoz a falta de una jornada para el final de la primera vuelta. Animado por la derrota del Ciudad de Burgos -otro de los aspirantes a hacerse un hueco en el torneo- en su pista ante el Cadí La Seu (41-42), el CB Bembibre no quiso desaprovechar la oportunidad ante el último organizador de la Copa de la Reina, un CD Zamarat lejos de sus prestaciones del curso pasado. Las locales, eso sí, fueron muy superiores al principio porque Ana Suárez, santo y seña de Hondarribia, estaba desatada con siete puntos del 19-9 a los 8m 8s. Chiqui Barrios pidió tiempo muerto. No le gustaba nada lo que estaba viendo. La hiperactividad de Liepkalne Las palabras del técnico tranquilizaron a las jugadoras del CB Bembibre, que a pesar de la hiperactividad de Liepkalne y de la lanza de Mc Kenith, que reaparecía en el CD Zamarat tras una lesión, se recuperaron por los puntos de Ana Gómez y la serenidad de Montenegro, hábil para hacerse con los rebotes, y la pericia de Rosó Buch, que asistió a O'Reilly para que ésta cerrase con un triple el marcador al descanso (30-26).Inseparable del móvil y de la sonrisa, fan de Núria Martínez y Diana Taurasi y de grupos como Maná, La Fuga o Fito, como le contaba a LuisJa en Lok@os x el baloncesto femenino, Rosó Buch es una de las jugadoras a seguir. Una líder como demostró llevando en volandas a su equipo sobre todo en la segunda parte con una aliada de nivel como Montenegro, que no anotó hasta los 25m 27s y que encadenó ocho puntos sin pestañear. La tercera asistencia de Rosó Buch habilitó a Anna Gómez para que pusiese al CB Bembibre por delante desde el 2-3 inicial. Pese a los esfuerzos de Manzanares y sobre todo de Ana Suárez surgió la base de Mataró para brillar con puntos y dirección. En anécdota se quedó que fallase dos tiros libres a un suspiro del final. Ahí estaba Liepkalne para hacerse con el rebote y Montenegro, Monty, para finiquitar el partido y permitir soñar a su equipo con la Copa de la Reina. CD ZAMARAT 55 (19+11+11+14): Suárez (19), Delgado (3), Manzanares (11), Alverson (7) y Pirsic (6) - quinteto inicial-; Syll, Mc Kenith (5), Okockytè (2) y Rubene (2). CB BEMBIBRE 60 (11+15+17+17): Gómez (8), Buch (12), Vivas, Liepkalne (10) y Dennet (8) -quinteto inicial-; Montenegro (13), O'Reilly (5), Peteva (4), Madu. Árbitros: Martínez y Morales. Eliminada Rubene por el CD Zamarat.
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