Revista Infancia

El sueño en los bebés

Por Babytribu @babytribu

El sueño en los niños es algo que forma parte de su desarrollo y maduración. Igual que aprenden a andar, a hablar sin tener que enseñarles el sueño evolucionará hacia el patrón del sueño adulto sin necesidad de “educarlo” y sin necesidad de aplicar técnicas conductistas que a muchos padres les resultan imposibles además de desagradables. Porque saben dormir desde que son fetos…

 

Hay que aceptar que los bebés en los primeros meses (incluso los dos primeros años!!) se despiertan varias veces en general para asegurarse el alimento ya que es una época de rápido crecimiento. Si que es verdad que los bebés alimentados con biberón adquieren antes periodos de descanso nocturno mas largos que los de pecho y esto es debido a que las tomas nocturnas de pecho aseguran el mantenimiento de la lactancia materna y favorecen el apego.

 

También es importante saber que cada niño y cada padre son distintos, con distintos temperamentos y distinta manera de enfrentar las situaciones por lo que no se puede generalizar en el tema del sueño.

 

Muchos padres creen que los despertares nocturnos pueden perjudicar al desarrollo del bebe pero este modelo de sueño se ha visto que es el habitual en humanos y en principio no es perjudicial para los niños.

 

El llanto del bebe debe ser atendido siempre, tanto de día como de noche (no lo hace por fastidiarnos).El verse atendido refuerza su autoestima, su confianza en si mismo y su posterior autonomía, el no hacerlo puede ser negativo para el desarrollo del vinculo y el apego entre el niño y sus padres.

 

Son los padres quienes deciden dónde y cómo dormirá el bebe, ninguna opción es mejor que otra y hay que respetar las distintas culturas y tradiciones. Si los papás se deciden por el colecho, dormir en la misma cama que el bebé, hay que recomendarles que le coloquen boca arriba, que las mantas sean ligeras y no tapen su cabeza, que no fumen ni beban, que la temperatura de la habitación este entre 20 y 22º. Si el bebe duerme en su cuna serán los papás quienes decidan cuando sale a su habitación. Tenerlo cerca facilita atenderlo rápido si llora, darle pecho de manera frecuente y el descanso de los padres que no tienen que ir de una habitación a otra.

 

Hay que crear rutinas agradables a la hora de irse a la cama: respetar horarios, buscar algún muñeco o trapito que consuele, temperatura adecuada, dejar una luz tenue encendida, un cuento, una canción, un beso, la puerta abierta…pero no “educar” sus hábitos de sueño y siempre teniendo en cuenta que el dormir bien como lo entendemos los mayores (en una cama, con pijama, solo en una habitación, a oscuras, toda la noche seguida…) es una practica cultural (tened en cuenta que hay culturas donde la familia duerme junta en la misma habitación y sobre esterillas) que no podemos exigir a nuestros hijos cuando son pequeños  porque no lo entienden.

 

Si consideramos dormir bien el que esté a nuestro lado, no llore cuando se despierte, tome pecho cuando quiera…probablemente podamos decir que duerme bien desde el primer día. Si le exigimos lo que nuestra cultura nos impone lo hará cuando este suficientemente maduro para asumirlo lo que puede ser a los 2 años o a los 6.


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