Revista Diario
Cuando nació Mayor puse su cuna en nuestra habitación. Pero a mi hijo no le iba mucho la cuna así que la mayoria de las noches dormía casi toda la noche encima de mi porque en cuanto le posaba en la cuna lloraba, pero no me atrevía a meterlo entre su padre y yo. Con seis meses una noche le dije a mi marido, haz hueco que dejo al niño y desde entonces durmió con nosotros.
Con catorce meses sacamos la cuna de nuestra habitación, cuna que más bien estaba de adorno y la pasamos a la suya. Y digo sacamos la cuna porque nuestro hijo siguió durmiendo con nosotros. Es verdad que la primera parte de la noche la hacía en su cuna pero al final siempre acababa viniendo a nuestra cama, asi que a la semana más o menos el niño volvió a dormir con nosotros desde el principio. Y a pesar de los "no lo vas a sacar de tu cama" etc, etc mi hijo dos meses antes de cumplir los tres pidió el sólo irse a su cama. Desde entonces duerme allí, eso si, siempre sabiendo que tiene un hueco en la cama de sus papas, hueco que utiliza muy de vez en cuando, pero lo utiliza. Y su sueño todas las noches es feliz, porque sabe que en cuanto nos llame sus papas van a acudir a su llamada con celeridad.
Cuando llego Pequeño me plantee no poner la cuna, total si iba a hacer el mismo servicio que con Mayor. De hecho el día que volvi del hospital estaba a medio montar por mi marido, pero al final la montamos. Otra vez de adorno. Pequeño durmió encima de mi los primeros días porque sino no dormía y lloraba. Al final decidí ponerla en colecho quitando uno de los laterales y pegándola a mi cama. Así duerme pegado a mi toda la noche y cuando Mayor se viene con nosotros alguna vez tenemos sitio de sobra para todos.
En mi casa por la noche se duerme, pero felices y sin lloros. No es necesario dejar llorar a un niño para que aprenda a dormir. Cuando su sueño evolucione dormirá toda la noche y solo te llamará en caso de necesidad. Si le dejas llorar lo único que consigues es que no te llame pero se seguirá despertando igual, lo único que no llamará porque sabe que nadie va acudir y esto es muy triste porque las necesidades de un niño hay que atenderlas tanto por el día como por la noche.
Y no hay que colechar si no te apetece, nosotros lo hacemos porque es la fórmula que mejor nos va. Lo único que hay que hacer es acudir cuando se despierten y te llamen. Pero por favor, dejar llorar a un niño cuando te esta llamando para que acudas es inhumano. Da igual que quiera agua, leche o simplemente calor humano, nosotros somos sus protectores y ellos no pueden ni deben entender que por el día si y por la noche no.
El método Estivill es una crueldad que debería estar prohibida.