Revista Medio Ambiente
Durante el inverno todo parece detenerse. Muchos árboles pierden sus hojas y entran en un estado de latencia en el que se ralentiza su metabolismo y cesa la fotosíntesis. A pesar de esto, y a pesar de las bajas temperaturas, la actividad no se detiene y se mantienen gracias a los azúcares almacenados durante la primavera y el verano que a su vez les sirven de anticongelante.
La semana pasada se han producido fuertes nevadas en el norte de la península, y aunque en Asturies apenas han caído unos pocos copos en zonas bajas que no han llegado a cuajar, por encima de los 1200 metros de altitud se han acumulado espesores de más de dos metros de nieve en algunas zonas.
Pero el invierno está dando sus últimos coletazos y probablemente ésta haya sido la última gran nevada de la temporada. El aumento de las horas de luz y la subida de las temperaturas derretirán la nieve en unos pocos días o semanas, dando vida a los ríos y llenando los acuíferos subterráneos.
Aunque viendo estás imágenes puede dar la impresión de que estamos en lo más crudo del invierno, la primavera ya está llamado a la puerta. Las yemas de los árboles de zonas bajas ya se están abriendo y muchas aves ya han iniciado la reproducción. En la alta montaña aun pasarán varias semanas antes de que explote la primavera. A partir de ese momento comenzará una carrera contra el tiempo y tanto los animales como las plantas deberán aprovechar al máximo los meses de buen tiempo para reproducirse y almacenar reservas para el siguiente invierno.
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