Han pasado nueve años desde que Massachusetts se estrenara como la primera región de Estados Unidos en permitir los matrimonios de parejas del mismo sexo, en aquel entonces fue un tribunal (la Corte Judicial Suprema de Massachusetts) quien resolvió esta injusticia y ahora vuelve a ser un tribunal, el Supremo el que avala todos los matrimonios celebrados en este y en las otros 13 estados y regiones.
La situación, hasta la fecha equivalía a que un matrimonio formado por dos personas del mismo sexo se convertía en algo simbólico y tan sólo disponía de aquellos derechos otorgados por los estados y entidades locales. Bajo el amparo de la vergonzosa ley DOMA (Defense of the Marriage Act) aprobada por Bill Clinton en 1996 aquellos matrimonios homosexuales celebrados en los estados donde era permitido no serían reconocidos por el Estado Federal Norteamericano.
En definitiva en estos 9 años, miles de matrimonios han visto rechazados derechos tan básicos como el de que tu esposa o esposo extranjero pueda convivir contigo en tu lugar de residencia, el derecho a una pensión de viudedad, derechos hereditarios y todo lo que pueda estar relacionado con el matrimonio bajo la aprobación del Gobierno Federal.
El Supremo responde así a una demanda iniciada por por Edith Windsor, una viuda de 83 años que tuvo que pagar más de 360.000 dólares por recibir una casa heredada de su esposa. Argumenta que tratar a personas como “matrimonios menos respetados” viola el derecho al mismo proceso legal y “los principios de protección igual” ante la ley reconocidos en la Quinta Enmienda de la Constitución.
La sentencia del alto tribunal también afecta directamente a la querella contra DOMA presentada por una española casada con una estadounidense en Nueva York, Mar Verdugo y a millares de parejas que podrían estar en la misma situación.
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