Es posible que Vox haya reducido sus exigencias para apoyar el gobierno andaluz de PP y Ciudadanos para sacarle partido a la sentencia del Tribunal Supremo de este martes según la cual por conductas similares se condena al hombre al doble de pena que a la mujer.
La sentencia se ajusta a la Ley de Violencia de Género (LVG), tan injusta que cualquier partido podría emprender una campaña para forzar al Congreso a enmendar sus bases ideológicas, lo que exige Vox, sin que los demás se atrevan a plantearlo intimidados por el feminismo radical.
Un cambio que podría adaptarse al amparo del Art. 14 de la Constitución que consagra la igualdad de sexos, aunque el Tribunal Constitucional ya aceptó la diferencia de trato según los géneros.
El caso nace de una discusión de una pareja en 2017 en la que ella le da un puñetazo en el rostro al hombre, él le responde con una bofetada y ella continúa soltándole una patada que él no contesta.
Tras los pasar por los distintos tribunales que sentenciaban igual culpabilidad de ambos, la Fiscalía, que pedía mayor pena para él, acudió al Supremo, que le dio la razón.
Aclaró que cualquier agresión de un hombre a una mujer en el ámbito de la pareja o expareja es “violencia de género”, aunque sea un ataque mutuo y haya sido ella quien iniciara la pelea, y que ella es solamente autora “violencia doméstica”, más leve.
Esto es un triunfo para Vox porque tiene como consecuencia que la ley debe cambiarse al hacer siempre víctimas a las mujeres, cuando en infinidad de parejas ellas son las fuertes, si no física, sí psíquicamente, y ellos unos calzonazos víctimas de arpías, como aseguran sus suegras…, y sus amigas.
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