Después de publicar una reflexión sobre La vida sublime, Ricardo Adalia recibió en su domicilio una misiva anónima invitándole a reflexionar acerca de lo que había dejado escrito. Aunque en un principio no la tuvo en cuenta, finalmente provocó que un malestar se instalara en su cuerpo, empujándole a repensar su concepto de “Sur”. El resultado se puede leer, entre otros textos sumamente interesantes, en el número 10 de Transit: cine y otros desvíos.