He participado en el movimiento surrealista de 1924 a 1926 y lo he secundado en su violencia.
Cada vez que se le toca, la vida reacciona mediante el sueño y las larvas. Esto quiere decir que el Inconsciente general ha sido alcanzado por algo, y da lo que conservaba.
Cuando una mujer ha concebido, sueña sin saberlo. Cuando un hombre ha sido herido, o va estar enfermo, o entra en agonía, sueña también. Junto con los sueños de los hombres están los sueños de los grupos y los sueños de los países.
No sé cuántos surrealistas habremos sentido que con nuestros sueños realizábamos una especie de herida de grupo, una herida de la vida.
Junto a la obsesión del sueño y frente al odio de la realidad, el Surrealismo tuvo una pretensión de nobleza, una obsesión de pureza.
El más puro, el más desesperado de los nuestros, se decía comúnmente de tal o cual surrealista, pues para nosotros, sólo era verdaderamente puro el que estaba desesperado.
Qué importa que este fuego puro se haya limitado a consumirse en sí mismo. Ha querido sinceramente ser puro. Y esta pureza la ha intentado en todos los planos posibles: amor, espíritu, sexualidad.
Antonin Artaud
Surrealismo y Revolución
Conferencia pronunciada en la Universidad de México
26 de febrero de 1936
Imagen: Francis Picabia
Proyecto de portada nunca publicada
Littérature 1922-1924