Título: El susurro de las cadenas. La bala perdida nº 1
Autor: Frank Calviño. Escritor, periodista, asesor de comunicación y crítico literario venezolano afincado en España.
Año de publicación: 2015
Género literario: Principalmente es un Western, por su ambientación en la época histórica conocida como Far-West, lo que se conoce en España como "novelas de vaqueros", "vaqueradas" o "novelas del Oeste". Es también una novela de trasfondo Bélico, con un argumento de Intriga. Y, por encima de todo, es una Ucronía, en cuanto transcurre en una realidad paralela a la nuestra.
"El susurro de las cadenas" es el primer número de la serie "La bala perdida", un universo paralelo en el que la Guerra de Secesión finaliza en un tratado de paz sin un vencedor claro, impidiendo la consolidación de los Estados Unidos de América, y que toma su nombre de un curioso punto de inflexión: en nuestra realidad, el general confederado Thomas Stonewall Jackson, uno de los más brillantes y capaces del ejército sudista, murió por las complicaciones derivadas de una herida de bala en el brazo, disparada por error por sus propios hombres durante la batalla de Chancellorsville. En la ucronía de Calviño, la bala no alcanza al general por escasos milímetros, lo que le permite sobrevivir y participar en la batalla de Gettysburg, decantando ésta en favor de la Confederación y cambiando así todo el curso de la Historia.
Por tanto, "El susurro de las cadenas" transcurre en una línea temporal alternativa a la nuestra, en la que la Guerra Civil Americana no finalizó con una victoria incontestable de la Unión, sino en un tratado de paz que no satisfizo a nadie y que dejó lo que hoy conocemos como Estados Unidos de América dividido en dos naciones: la Unión, al Norte, y la Confederación, al Sur, con la frontera marcada por el Estado de Texas y los territorios libres del pueblo comanche, la llamada Comanchería.
Los hechos arrancan varios años después del armisticio, con las dos naciones en proceso de reconstrucción. En el Sur la esclavitud sigue siendo legal y los esclavos no se consideran personas sino propiedades.
La novela está narrada en primera persona por el Marshall Matthew Craig, agente de la ley en Harkon Cutty, en la Unión, y veterano de la guerra. Lo que resulta muy interesante es que Calviño alterna dos narraciones por parte de Craig: los hechos de la novela propiamente dichos, es decir la intrahistoria de unos personajes y un suceso particulares, y la experiencia de Craig durante la guerra, que éste evoca en forma de recuerdos, tratando así los grandes hechos históricos, lo que permite ubicar mejor la trama y conocer el cómo y el pórque se llegó a la situación ucrónica imaginada por el autor. Por otra parte, un narrador omnisciente en tercera persona relata aquellas escenas en las que Craig no está presente. El resultado será una novela muy variada, que siendo además breve resulta en una lectura muy cómoda como veremos.
El general Thomas Stonewall Jackson, cuya no-muerte
marca el punto de inflexión de esta ucronía
El argumento principal es el siguiente: Un esclavo negro, con el físico de un titán y la inteligencia de un niño, llamado Big Boo, se escapa de su plantación en Hooker, un pueblo de Texas, atraviesa la frontera, llega a Harkon Cutty y mata a Mary Grace Lee, una niña de trece años, de una manera atroz e inhumana, tras lo cual regresa a su cautiverio. Matthew Craig, el Marshall de la localidad, va en su busca, atravesando la frontera, con la intención de llevarlo al Norte y de juzgarlo y condenarlo como hombre libre. Pero la sociedad confederada, representada por los habitantes de Hooker, por Henry Luckett, el despótico hacendado propietario de Big Boo, y por el Sheriff Edward Sullivan, coronel retirado y auténtico caballero sureño, intentarán impedírselo, y hacer valer la ley del Sur, por la cual el castigo de Big Boo corresponde en exclusiva a su amo.
Big Boo es un coloso: mide 2'20 metros y pesa 200 kilos. Tiene la fuerza de un gorila y una resistencia sobrehumana al castigo físico. Para hacernos una idea de su magnitud corporal, pensemos que el actor Michael Clarke Duncan, un verdadero portento físico, medía 1'96 metros y pesaba 145 kilos. El baloncestista retirado Shaquille O'Neal mide 2'16 metros y pesa 147 kilos. Ahora imaginemos a una persona aún más impresionante, capaz de arrancar árboles de cuajo, soportar picaduras de serpientes venenosas, tirar de un arado para mulas, romper las cadenas de acero que lo mantenían cautivo y atravesar cientos de kilómetros a pie, pero con una mente simple incapaz de distinguir el bien del mal, con una palpable discapacidad intelectual, y al que una vida de castigos brutales y humillaciones incesantes ha llevado a la locura.
Michael Clarke Duncan en "La milla verde". Big Boo, como se indica en la novela,
sería más alto sentado que una persona de estatura normal situada de pie a su lado
La novela de Calviño huye de maniqueísmos, y destaca por la profundidad y los claroscuros de los que ha dotado a sus actores. Big Boo mueve a compasión por su sufrimiento y por las injusticias que padece, al igual que el resto de los esclavos de la plantación de Luckett, pero es un psicópata peligroso. Fruto de las circunstancias, cierto, pero los castigos y los abusos de su amo lo convierten en un ser oscuro al que todos temen, capaz de empalar y torturar primero animalitos y después a personas, tanto a las esclavas que viola como a la malograda Mary Grace Lee. Por su parte, Matthew Gray es un hombre recto, devoto de la justicia y del sentido del deber, pero es también de gatillo fácil. Edward Sullivan, pese a ser de familia esclavista y haber cometido actos de crueldad en la guerra, se muestra como un hombre de honor, que desea enterrar su pasado militar (todos le llaman Coronel Sullivan, y el siempre los corrige: Sheriff Sullivan) y solo recurre a la violencia como último recurso. Henry Luckett es la encarnación de la cosmogonía sureña: esclavista convencido, dueño de la vida de sus esclavos, defensor de que ese sistema es "el orden natural de las cosas", cruel, sanguinario y desmedido en sus castigos (recurre al empalamiento de forma habitual), termina sin embargo con su destino ligado al de Big Boo, quien llega a obsesionarlo de manera monomaníaca.
La narración alterna capítulos (intitulados) dedicados a los hechos presentes con otros en los que Gray relata, de manera detallada y explícita, su experiencia en diversas batallas de la guerra, como la de Gettysburgh y el posterior asedio de Washington, en los que Calviño logra transmitir al lector el encarnizamiento de una batalla, la desesperación de los combatientes en el fragor de las cargas con bayoneta o en las retiradas entre andanadas de artillería que desmembran cuerpos y van diezmando a amigos y compañeros. Asimismo, consigue una transmisión muy vívida de los pensamientos y sentimientos de Gray a medida que la Unión pierde un enfrentamiento tras otro y se va replegando hacia Washington para ofrecer una última resistencia desesperada, mientras que la moral desfallece y los hombres mueren o desertan por miles.
Los revólveres Le Mat, como los usados por el Sheriff Sullivan, eran el
arma reglamentaria de los oficiales confederados. De gran calibre, poseían
un segundo cañón que disparaba metralla [fuente: FB del libro]
La narración, por parte de Gray, de su viaje a la Confederación y de su búsqueda de Big Boo, así como toda su aventura (casi morir a manos de los comanches, tiroteos y peleas en el Saloon) y sus interacciones con los demás personajes, no carece tampoco de emoción, y resulta una novela del Oeste interesante por la mentada riqueza de personalidad de los secundarios, como la entrañable Zaphir, la jovencísima prostituta incapaz de sustraerse ya a su condición, o el padre Tanner, el sacerdote irlandés que hará de particular Bartolomé de las Casas para los esclavos negros. Destacar que las descripciones son muy explícitas, lo que se traduce en escenas algo fuertes cuando hablamos de las heridas de armas de fuego, los latigazos a los esclavos, las infrahumanas condiciones en las que se hacinan y subsisten, y situaciones como los empalamientos o los intentos de Henry Luckett de usar a Big Boo como semental y montar un negocio de cría de esclavos, haciéndole violar a las esclavas de la plantación, con los capataces como mamporreros.
"El susurro de las cadenas" abunda en frases significativas, y su propio titulo está tomado de un discurso que Abraham Lincoln recita en la novela, ante unos ciudadanos de Washington famélicos, harapientos y descorazonados:
"Esa es la desgracia de la esclavitud, que es tan prisionero el siervo como el amo: ambos están unidos por los mismos e inexorables grilletes de la vergüenza, por el vergonzoso susurro de las cadenas."
Las cargas de infantería fueron comunes en la Guerra de Secesión, sobre todo
por su efecto psicológico. Los confederados la acompañaban de su grito de batalla,
el "Rebel Yell". La artillería y los fusiles las convertían en puras escabechinas
Y que se repite en una emotiva escena final, que resume bien lo que transmite el retrato que Calviño hace de la esclavitud y la vida en una típica plantación del Sur:
"Un susurro que era la mezcla de la sangre que se le agolpaba en la boca y la ira contenida de años de cautiverio y tortura. Un susurro que silbaba escapando entre sus dientes apretados del dolor, en jirones de saliva y burbujas de odio. Y salpicaba mi rostro y empapaba mi alma. Era el sonido del que había hablado Lincoln esa tarde de lluvia en Washington. Era el llanto de la humillación, la plegaria del que había perdido todo, del que no era dueño ni de su propia vida. Era el susurro de un pueblo atormentado, forzado y ultrajado. Era el susurro de las cadenas. Y cuando lo entendí se me heló el cuerpo de pavor y de tristeza."
Vemos asimismo como hubo unos claros derrotados en el conflicto:
"Luego de la guerra, las cosas no eran sencillas para los negros en ningún de los dos lados de la línea. En el Sur seguían siendo tratados como animales. En el Norte eran los chivos expiatorios de todas las desgracias"
Como bien dice Craig, "La guerra nos cambió a todos".
Puntos de interés de la novela son, otrosí, su confrontación entre Ley y Justicia, que a los ojos de su protagonista no son lo mismo, y su oposición de las sociedades del Norte y del Sur, y de sus diferentes motivos para ir a la guerra. Más allá de la abolición de la esclavitud, Calviño refleja la teoría más aceptada: el enfrentamiento de dos modelos económicos distintos, el Norte industrial frente al Sur agrícola, necesitado de abundante mano de obra esclava para la recogida del algodón. Como dije, "El susurro de las cadenas" no es una historia de buenos y malos, y en los dos bandos hay personas nobles y mezquinas, honor y miseria, personas que cargan con muertes y fantasmas que les persiguen desde la guerra, y dos mundos que buscan recuperar la dignidad y los valores perdidos en un conflicto que en nuestra realidad se cobró cerca de ochocientos mil muertos, pero que en la ucronía de Frank Calviño se elevan a dos millones solo en el bando de la Unión.
La batalla de Gettysburg , que marcó un antes y despúes en el conflicto, fue una
carnicería que dejó más de 50.000 muertos en tres días de duración. Los oficiales,
como muestra la imagen, clavaban su sombrero en su sable y cargaban al frente
de sus hombres para insuflarles valor y desapego por sus vidas.
Como área de mejora, alguna errata y unas cuantas faltas de ortografía, en particular en los diálogos, en los que se echa en falta un uso de la coma y de la acentuación más acertados, pues en ocasiones las frases pierden su sentido. Algo que puede revisarse de cara a una futura reedición.
Fuera de eso, la narración tiene pulso y su tono de intriga la hace muy adictiva, lo que unido a la lectura cómoda que cite arriba, consigue que, al igual que las viejas y buenas novelitas del oeste, se devore en unas pocas horas. "El susurro de las cadenas" tiene el valor añadido de conseguir que te intereses por el tema de la Guerra de Secesión Americana, y resulta divertido ir leyendo los hechos que el autor cita en la ficción y comparándolos con cómo sucedieron en realidad: las revueltas de esclavos a cargo de John Brown, el desarrollo de la batalla de Gettysburgh, con hechos destacados como la célebre carga de los veteranos del 20º de Maine, las distintas decisiones de los oficiales... o detalles como que Craig salve la vida de un joven miembro de la familia Remington, que le obsequia después con un revolver de trece tiros y calibre 50, que el Marshall siempre lleva encima.
En resumen, una novela recomendable, y un curioso ejercicio de especulación sobre qué habría ocurrido en un conflicto bélico en el que el Sur hubiese hecho valer lo único que podía contrarrestar la aplastante superioridad numérica y el insultante poderío armamentístico del Norte: la excelencia de sus oficiales.
El coronel Chamberlain, al frente de la carga del 20º de Maine, durante la
batalla de Gettysburg. Habría por allí algún antepasado de Stephen King?
Dónde conseguirlo: "El susurro de las cadenas" está a la venta en Amazon.es por 3,18€, en Amazon.com, por 3,47$ (dólares) y en Amazon.mx por 53,82$ (pesos).
Enlaces de interés:
Frank Calviño ha escrito también "La trilogía de los Hijos del Mar", disponible en Amazon.
El autor tiene perfil en Twitter. "El susurro de las cadenas" tiene página en Facebook.
Una entrevista al autor en el diario venezolazo "El nacional".
Y otra reseña de la novela.
Si deseáis saber como sonaba el "Rebel Yell" que los dixies gritaban como posesos en sus cargas, buscando envalentonarse ellos y desquiciar los nervios de los soldados yanquis, en el primer tercio del siglo XX se grabó a veteranos confederados recordando sus gritos de batalla:
No debería extenderme más para no desvelaros otros detalles de la novela, así que aquí lo dejamos. Me despido, esperando ya las nuevas correrías de Matthew Craig y su más que probable nuevo encuentro con el