Revista Salud y Bienestar
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston, Estados Unidos, aseguran que los pacientes que desarrollan un cáncer de próstata y son fumadores tienen más riesgo de morir por culpa de esta enfermedad. De hecho, según los resultados de un estudio que publica el 'Journal of the American Medical Association', cuanto más tiempo lleva fumando el paciente más riesgo tiene. La investigación se basó en el seguimiento de un total de 5.366 hombres diagnosticados con cáncer de próstata entre 1986 y 2006, y según explica Stacey Kenfield, autora del estudio, se comparó la evolución de aquellos pacientes que fumaban con la de quienes no habían probado el tabaco, observando que los fumadores tenían un 61 por ciento más riesgo de morir por el tumor.
Asimismo, aquellos que fumaban pero conseguían curarse también tenían un 61 por ciento más riesgo de sufrir una recaída. No obstante, los varones que habían dejado de fumar al menos diez años antes de desarrollar el cáncer podría evitar ese incremento del riesgo. El estudio reveló también que los hombres del estudio que fumaban presentaban una enfermedad más avanzada que los no fumadores en el momento de ser diagnosticados de cáncer prostático.
Según Kenfield, esto puede deberse a que los fumadores son menos propensos a realizarse controles regulares, si bien también indicaría que el tabaquismo contribuye a desarrollar una forma más agresiva de cáncer de próstata. No obstante, cuando controlaron el estadio de la enfermedad, los varones que fumaban al momento de ser diagnosticados eran más proclives a morir por la enfermedad, añade esta autora. Un posible motivo es que fumar incentiva la angiogénesis o crecimiento de pequeños vasos sanguíneos, si bien Kenfield reconoce que el estudio no es lo suficientemente amplio como para comprobar si dejar de fumar en el momento del diagnóstico podría retrasar el crecimiento de los tumores prostáticos.
Asimismo, aquellos que fumaban pero conseguían curarse también tenían un 61 por ciento más riesgo de sufrir una recaída. No obstante, los varones que habían dejado de fumar al menos diez años antes de desarrollar el cáncer podría evitar ese incremento del riesgo. El estudio reveló también que los hombres del estudio que fumaban presentaban una enfermedad más avanzada que los no fumadores en el momento de ser diagnosticados de cáncer prostático.
Según Kenfield, esto puede deberse a que los fumadores son menos propensos a realizarse controles regulares, si bien también indicaría que el tabaquismo contribuye a desarrollar una forma más agresiva de cáncer de próstata. No obstante, cuando controlaron el estadio de la enfermedad, los varones que fumaban al momento de ser diagnosticados eran más proclives a morir por la enfermedad, añade esta autora. Un posible motivo es que fumar incentiva la angiogénesis o crecimiento de pequeños vasos sanguíneos, si bien Kenfield reconoce que el estudio no es lo suficientemente amplio como para comprobar si dejar de fumar en el momento del diagnóstico podría retrasar el crecimiento de los tumores prostáticos.
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