La realidad aumentada -visión directa o indirecta de un entorno físico del mundo real, cuyos elementos se combinan con elementos virtuales para la creación de una realidad mixta en tiempo real- no deja de sorprendernos y de evidenciar que no hay límites para ella. Un sistema, que hasta ahora ha servido en la mayor parte de los casos, para amplificar la realidad y hacernos soñar y sentir una marca o una experiencia (de marca y valga la redundancia). Quizás no habíamos visto hasta el momento muchos ejemplos de realidad aumentada para la mera contemplación.
¿Y si se hiciese realidad ese deseo que todos hemos sentido alguna vez en un museo de tocar una pintura? Eso ya es real, pero además puede deconstruirse el lienzo completo y ver desde los bocetos que hay bajo la pintura, hasta acceder a la parte trasera del lienzo, pasando por imágenes reales que sirvieron de inspiración para el artista.
Un lujo solo disponible en algunas obras del Van Gogh Museum de Amsterdam: The Bedroom, Daubigny’s Garden e View From Theo’s Apartament.
La tecnología no solo al servicio del negocio y el entretenimiento sino del arte. Me gusta, me gusta…