Revista Sociedad

El talaor

Por Cogito

Así, sin la “d” intervocálica, y a pesar de que lo que hacen no es talar (cortar por el pie) sino podar (quitar ramas superfluas).

No es fácil saber qué conviene dejar en un árbol para que sea productivo; cada cual tiene sus leyes y hay que distinguir entre el olivo, la higuera, los frutales o una parra. No sólo saber cómo se hace sino cuándo se debe hacer (la luna suele ser la referencia).

Usan pocas herramientas y cobran poco para su buen hacer. Son los auténticos catedráticos de la Universidad Rural. Agricultores que no tienen problema con las demás tareas no se atreven con esta y llaman al “talaor”.

Cuando aparezca una máquina capaz de sustituirlos se habrá acabado todo, el campo será una fábrica y los “talaores” serán un grato recuerdo.


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