El talento de la fascinación

Estoy en un hospital visitando a un enfermo durante varios días y en cada uno de estos días se me da por reflexionar y pensar en todas esas personas que día a día cuidan de nosotros en este lugar: enfermeros, el turno de guardia, los médicos del servicio de la UCI, los cuadros médicos que realizan operaciones etc . Veo que sus noches en este lugar no son una fiesta ; entre los que gritan de dolor , los que no son capaces de articular palabra por lo mal que se sienten, los que siempre se están quejando etc a veces pienso que esta profesión necesita un poco de sacrificio y una abnegación total.

Llega a mi correo un mail elogian dome por mi trabajo y pienso ¡ No es a mi a quién tienen que admirar, sino a ellos! Sin embargo, camino a casa sigo reflexionando y me pregunto ¡ En que planeta vivimos!

El sentimiento que me asalta es la admiración más profunda , me siento afortunada de poder conocer personas que dedican su vida a los demás aunque no les conozcan de una manera reservada sin esperar nada a cambio muchos dirán que es su trabajo pero dedican su trabajo a ayudar a otros. Me sorprenden.... ¡ y me gusta estar sorprendida!

La fascinación es una exaltación auténtica caracterizada por dos acciones: observar a alguien o algo que nos sugiere que es honesto o bonito y congratularse con ese hábito, que nos transmita motivación y sosiego. Podemos concluir que la fascinación obedece a ser experto en observar lo afable y bello. La insuficiencia de la fascinación puede estar en correlación con una constricción anímica.

No sé si a ti te pasa cuando te preguntas ¿Esta persona me fascina? Pero seguro que tiene algún defecto. ¿ Me fascina este paisaje ? Y ¿ Por qué ?

Por otra parte creo que debemos ser competentes para poder congratularnos de observar algo que es distinto a nosotros. Creo y es mi opinión tú tendrás la tuya que la fascinación hacia otra persona es más sencilla si las habilidades que contemplamos no nos avergüenzan o intimidan, si no nos retraen al observar nuestras escaseces.

La insuficiencia de la admiración brota de nuestras propias inseguridades, cuando una persona no confía en si misma y en sus propias cualidades, resulta una tortura. Se tiende a minusvalorarse y a decir eso de " yo valgo menos que ella" . Esta minusvalorización de la persona es un impedimento para la fascinación reposada una fascinación sin idealización ni infravaloración. Educarse en la fascinación sin estos condicionantes es un ejercicio estupendo para la autoestima y el bienestar.

El sentido contrapuesto de la fascinación es la difamación. En los celos frente a otra persona que consideramos con habilidades mayores que las nuestras podemos responder de manera verdadera ( que nos lleva a querer asemejarnos a ella) o de manera dañina con los celos que nos lleva a rebajarla). En ambos casos , la tendencia en que deriva nos llevará a querer aminorar la frontera que se encuentra entre nosotros, si nos sentimos fascinados por ella intentaremos asemejarnos a ella y si tenemos celos procuraremos subestimarla.

No creo que sea necesario aquí manifestar cúal es la forma que nos proporcionará felicidad en mi opinión frente a lo magnífico no vale rebajar, tener celos sino alegrarnos y lograr la proximidad a lo que nos fascina.

Algunos consejillos para una fascinación sana .

ALÉGRATE DE LO QUE OBSERVAS. Es básico que te fascines no sólo con la mente sino con el corazón. Me parece fundamentalmente tomarse un tiempo para realizar una reflexión profunda de lo que nos fascina, el porqué .

ENTREGA UNA OPORTUNIDAD. Creo que todo necesita un tiempo si es un paisaje ver lo que observamos a nuestro alrededor y si es una persona pararse a ver que tiene de especial.

DETENTE EN LOS DETALLES. Mira lo sencillo y lo que está oculto con unos ojos nuevos y diferentes. APRECIA LAS COSAS INSIGNIFICANTES. Aprecia las cosas insignificantes con las que te cruzas cada día las flores, un gesto porque la belleza siempre se encuenta escondida.

Quiero terminar mi primera entrada tras las vacaciones con este video con frases que me encantan sobre la admiración.

Fuente:

C. Marco