El taller de los libros prohibidos (Eduardo Roca)

Colonia, albores del siglo xv. Aires de reforma y cambio azotan una Europa gobernada aún por las supercherías y las viejas creencias. La difusión del saber está en poder de unos pocos. Sin embargo, a un pequeño grupo de sabios y eruditos que se reúnen en la más absoluta clandestinidad les une una ambición común: la transmisión cultural entre el pueblo. ¿Cómo? A través de los libros. Pero antes habrán de salvar las reticencias de la Iglesia -que no desea que obras "peligrosas" como los Evangelios lleguen al vulgo- y la de los nobles -que no quieren perder sus privilegios-. Solo un hombre, un modesto orfebre llamado Lorenz, ayudado por su hija, será capaz de afrontar el desafío. Aunque el precio que podría pagar por semejante osadía es el más caro: su vida y la de todos aquellos que le rodean.

Hoy tocaba una nueva sección de BBF, pero como tengo varias reseñas atrasadillas he decidido saltarme el turno a la torera y colgar la entrada de un libro que me ha gustado mucho y que ha supuesto un interesante paréntesis dentro del género "negro" en el que estaba sumergida, y en el que por cierto ya he vuelto a caer. Tenía ganas de recuperar uno de los géneros que más me entretienen, pero que últimamente menos cultivo: La novela histórica, y lo he hecho con este libro que llevaba haciéndome ojitos desde antes de salir a la venta. La verdad es que me ha durado bien poco, a pesar de sus 640 hojas. Reconozco que hacía tanto que no leía un novelón de estos que lo empecé con temor, deseando que no se me hiciera aburrido y la verdad es que ha sido una lectura redonda.

Yo creo que esta novela gustará, sin duda, a quienes disfrutan del género histórico, pero también a todos los que nos encantan los libros, no sólo leerlos, sino que sean nuestros, conservarlos en nuestras estanterías, para verlos, tocarlos, olerlos. En fin, a todos los bibliófilos.

Al final del libro y en una nota del propio autor, nos dice que esta es una obra de ficción, una historia apócrifa de la invención de la imprenta en la que no se pretende ni validar ni desmentir las teorías acerca de la autoría de dicha creación, pero sí recoger material documental sobre los posibles "padres" del invento.

Nos encontramos en Colonia, en pleno siglo XV. En un magnífico retrato de la época, nos encontramos con que sólo unos pocos privilegiados eran los que podían hacerse con la copia del algún libro. El medio de reproducción de los mismos era caro porque debía hacerse de forma artesanal, copiando a mano cada hoja por expertos copistas, sin fallos, con la mejor caligrafía y el mejor pulso.

Uno de los principales protagonistas de esta novela es el dueño de un obrador de escribas. Nikolas Fischer, es astuto e inteligente, un hombre culto y ambicioso, que ha trabajado duro para tener un taller laico que reproduce como nadie los libros que le encargan, y que camina sobre la cuerda floja flirteando con quienes tienen poder, por mucho que los desprecie. Da igual que se trate del alcalde de la ciudad, del arzobispo o de cualquiera de los nobles que lo rodean, siempre tomando nota mental de todo cuanto ve para poder utilizarlo en contra de quien haga falta y así poder sacar provecho. Es un personaje con muchos secretos, tanto personales como profesionales, que nadie imagina y que se irán desvelando a lo largo de la novela.

El otro personaje principal de esta historia es Lorenz Bloch, un hombre viudo y un maravilloso orfebre que no pudo llegar a ser aprendiz de copista de joven por ser zurdo y escribir con la "siniestra" y que tampoco llegó a maestro de orfebrería a pesar de su destreza, por el odio que siente hacia él el dueño del taller donde trabaja, y que a la vez es su suegro. Lorenz vive una vida de rutina, pero en sus pocos ratos libres su cabeza no deja de dar vueltas a la idea de copiar los libros de forma mecánica, para reducir el tiempo que se tarda en hacerlo de forma manual. Poco a poco va puliendo y perfeccionando esa idea.

Tanto Nikolas como Lorenz están retratados magistralmente, pero ambos estarán rodeados de otros personajes que con su presencia dan cuerpo a una historia estupenda.

Nikolas se moverá entre las altas esferas, guardando secretos de unos y de otros pero reservando todos ellos por si le fuera necesario utilizarlos. Se mueve en un ambiente de corrupción, y ambición por parte de quienes están en el poder, y a quienes les importa bastante poco la miseria que rodea a la población y cuantos vayan quedando por el camino. En el lado oscuro de esta historia encontramos al alcalde Heller y al arzobispo Von Morse. No sé cual de los dos es más repulsivo.

Lorenz sin embargo, aparte de contar con la ayuda de su hija Erika en la impresión de sus primeras copias, compartirá con su buen amigo el librero Johan Buchmann su nuevo método para copiar libros y éste le apoyará desde el principio, porque para él y para un grupo de eruditos que se reunen de vez en cuando, lo principal es hacer llegar la cultura a todo el mundo. Por supuesto todo esto deberán llevarlo en secreto porque saben que no contarán con el favor ni de la iglesia ni de los nobles.

La reproducción más rápida de un libro hará que se disipe el dominio que se ejerce sobre él, sobre su historia y su recorrido. Perderá su exclusividad, sí, en eso te doy la razón. [...] Pero a cambio ayudará a que personas con pocos recursos tengan la posibilidad de leerlo, de que el saber se transmita sin que nadie manipule su difusión, de que ni el dinero ni la religión corten las alas del que quiera aprender.

Y de eso trata esta historia. De la lucha y el esfuerzo de unos pocos por acercar los libros, la cultura y el saber a los que menos oportunidades tienen, para que nadie los engañe, ni manipule la información. Una historia muy amena, con su misterio e intriga, secretos, amor, corrupción, venganza y justicia, estupendamente documentada, pero que no te atosiga con la información, te la va dando poco a poco y en ningún momento se hace pesado. La verdad es que teniendo en cuenta la época que vivimos, donde parece que los libros acabarán desapareciendo en favor de nuevas tecnologías, es un placer leer una historia donde se los trata como auténticos tesoros.

Esta es la primera novela de Eduardo Roca y poco más os puedo decir. Ni siquiera he encontrado una fotografía que poner, así que he añadido el marcapáginas de promoción (que por cierto no lo tengo). En la solapa del libro lo único que pone es que nació en Barcelona en 1963, que es investigador y profesor y está doctorado como ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña. Actualmente vive y trabaja en Heidelberg (Alemania).