Revista Opinión

El techo de Sevilla.

Publicado el 21 enero 2012 por Gag
Un par de artículos son los que tengo en mente en este mediodía de soleada estampa y frío ambiente. La primera impresión que hoy tengo a bien traer a este blog, es una opinión personal sobre un tema habitante del candilero actual. Se abre el telón de la polémica por la construcción de la Torre de Cajasol, sita en la Isla de la Cartuja. Tras la Expo 92 esta zona quedó abandonada y, sólo con el paso de los años, se le ha dado cierta minúscula relevancia a modo de motor económico local.
Ahora se levanta un monstruo de hormigón que sería utilizado para la apertura de nuevas oficinas y, claro, la historia vuelve a repetirse. "¿Cómo son capaces de erigir una Babel sevillana? La única dueña del techo hispalense es la eterna Giralda y su omnipresente giraldillo, y nada ni nadie puede optar a tal honor." Esto se escucha en las esquinas tertulianas, donde la idiosincrasia rezuma aires de grandeza. Para colmo la Unesco amenaza con quitarle el privilegio de patrimonio histórico de la humanidad, por atentar contra la belleza natural de la capital del Guadalquivir oriental. Me parece triste que se caiga en estos absurdos rodeos a estas alturas. Sevilla necesita hacer lo mismo que se hizo en el pasado, respetar lo antiguo y llamar a la puerta de lo moderno, sólo así seguirá siendo ejemplo y vanguardia.
Cuando el flamenco fue elegido por la Unesco para adornar sus listas de éxitos, de mis manos salió la siguiente frase: "El problema no está en que el flamenco sea o no sea patrimonio de la humanidad, si no en si la humanidad está preparada para aguantar tanto patrimonio", pues eso mismo digo ahora, con todo lo que conlleva. Sevilla seguirá siendo Sevilla, no necesita pertenecer a ningún ranking absurdo si es que se atrevieran a quitarla del medio (cosa que dudo), pero voy un poco más allá, Sevilla será aún más Sevilla con la torre que sin ella, y ese sí es el orgullo patrio que deberían tener los hispalenses. El techo de esta ciudad es bien caro y lo seguirá guardando la Giralda cada atardecer, pero sus fronteras habitan en sus propias ambiciones, no en el criterio de ningún "experto" en ambigüedades.
Colgada en las nubes // Hanging on the clouds

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