Ha sido en el Reino Unido, más concretamente en la Universidad de Nottingham donde una pareja de especialistas, Dias y Hurley, ambos trabajando junto con una empresa de sensores electrónicos, Plessey, han desarrollado un tejido bastante interesante.
Han creado unos asientos para coches en los que tienen integrados unos monitores de electrocardiogramas, para conseguir así mediante esos monitores saber si la persona que conduce el vehículo va a quedarse dormida.
Estos investigadores ya han conseguido elaborar tejidos que pueden incorporar electrodos para poder hacer la medición. Todavía está en proceso de investigación, ya que la meta que tienen en mente es mejorar el sistema para conseguir resultados más precisos, para eso precisan que los sensores estén constantemente en funcionamiento. Y por supuesto también necesitan conseguir un diseño en el que no implique incomodidad al conductor y que no comprometan al diseño del vehículo.
Lo que nos viene a la cabeza es que dicho sistema de electrodos tenga la posibilidad de emitir una alarma al conductor, para alertarle de que se está quedando dormido al volante.
Y lo interesante de este proyecto es, que en el caso del que el vehículo esté conectado, podría utilizar los datos recopilados con los electrodos para, en el caso de que no obtenga respuesta del conductor, poner el coche en modo automático, para así desviarlo de la carretera, emitir datos a otra persona o llevarlo a una zona de descanso.
Son muchas las posibles respuestas y funcionabilidades de este sistema. Lo que está claro es que en un futuro existirán muchos vehículos inteligentes de los cuales, damos por sentado, que tendrán este sistema incorporado.
Como no, la tecnología facilitando siempre nuestras vidas
publicado el 28 julio a las 10:07
Éste caso es un ejemplo más de cómo los diferentes objetos de uso cotidiano que nos rodean se transforman en sensores que miden nuestro estado físico y emocional y son capaces incluso de salvarnos la vida. El Internet de las Cosas (IoT) se ha convertido en uno de los principales vectores de cambio en nuestras vidas y en la principal fuente de alimentación del Big Data: el análisis de volúmenes masivos de información. El desafío es utilizar esta información en nuestro beneficio, como muestran estos asientos inteligentes. Además, este fenómeno se extiende a múltiples facetas de nuestra vida diaria, cada vez más, gracias al desarrollo de tecnologías innovadoras que permiten desde hacer un seguimiento de un paciente de forma personalizada hasta reducir los atascos en una gran ciudad o mejorar el aprovechamiento de sus parkings urbanos.