El telescopio espacial James Webb (JWST), que será lanzado en 2018, será capaz de detectar oxígeno y agua en las atmósferas de planetas parecidos a la tierra que orbiten enanas blancas. Y lo hará con unas pocas horas de observación.
Esto ha asegurado Dan Maoz, director del Instituto de Teoría y Computación de la Universidad de Harvard.
El desarrollo de nuevas técnicas en la próxima década permitirá hallar biomarcadores en las atmósferas de estos exoplanetas, que podrían indicar la presencia de vida.
Las estimaciones son que puede haber unas 500 enanas blancas cercanas a nosotros, con uno o dos planetas en su zona de habitabilidad.
Las enanas blancas y sus planetas serán los primeros candidatos a la hora de buscar estos biomarcadores. Los investigadores del JWST aprovecharán el tránsito de los exoplanetas por delante de sus estrellas nativas para estudiar sus atmósferas. Con la luz de la estrella de fondo los elementos de dicha atmósfera absorberán algunos de esos rayos de luz, dejando pistas sobre su composición química.
Ahora mismo es noticia el Kepler con su enorme éxito en la localización de exotierras y demás exoplanetas. Esto es solo el primer paso. La década que viene el James Webb puede dar muchas alegrías a los astrónomos, y quizás a los astrobiologos.