Comenzamos el día con una expectativa inusual, este es un día especial…
Nos encontraremos con las Ancianitas (Piedras volcánicas) que vinieron de lejos para éste momento.
El sol se asoma de a ratos, le gusta esconderse detrás de algunas nubes.
De a poquito comienza a llegar gente que viene de distintos lugares.
Charlamos un rato, nos presentamos entre los que no nos conocemos, contamos historias entre los asiduos concurrentes a estas reuniones.
Ya pasamos el medio día, nos reunimos en circulo para llamar a un invitado especial, contamos reímos y encendemos la hoguera para llamar al abuelito fuego, él es quien junto a las ancianitas nos ayudara a nuestra transformación y purificación.
El hombre de fuego invoca al abuelito… él se hace presente… ahora podemos entregarle nuestros miedos, frustraciones, sentimientos de culpa, etc.
Las ancianitas se abrigaran con su calor, ellas no le temen, fueron engendradas en las entrañas de la Pacha mama (Madre Tierra).
Cuando las ancianitas están dispuestas a entregarnos su sabiduría, nos reunimos para ingresar al Inipi, al útero que nos acogerá para renacer como seres nuevos, purificados y reales.
Somos sahumados y limpiados con copal, luego ingresamos al Inipi. Uno a uno vamos pasando. Adentro encontramos nuestros miedos para enfrentarlos y poder disolverlos.
Una vez acomodados todos, el hombre de fuego acerca las ancianitas. Ingresan 9, iluminando la oscuridad con su poder y amor. Nos presentamos ante ellas y nos reconocemos mutuamente.
Las diferencias entre los participantes comienzan a desaparecer para formar una sola conciencia, ya dejamos de ser individuos para ser conciencia pura. La oscuridad del recinto nos acerca y nos invita a unirnos para ser uno con el todo.
El búfalo se abre (puerta) y nos vemos por primera vez la cara desde que entramos. El hombre de fuego ingresa mas ancianitas que son recibidas con amor…
El búfalo se vuelve a cerrar y seguimos experimentando con nosotros mismos y con la conciencia colectiva del grupo.
El ingreso de ancianitas se repite dos veces más (cuatro en total) y en cada ingreso experimentamos cosas nuevas, nuestra conciencia nos revela muchas cosas que no imaginábamos.
El calor amoroso de las ancianitas y el agua esparcida sobre ellas nos revelan nuestra capacidad para poder enfrentar cualquier desafío cuando estamos acompañados formando una sola entidad/conciencia.
El temazcal concluye, se abre la puerta por última vez. El Inipi nos pare, nos deja salir renovados, renacidos luego de habernos albergado en su interior como el útero de nuestra madre, con su calor y contención.
Gritamos nuestro nombre al salir para que el universo nos reconozca. Somos nuevas consciencias, somos conscientes del amor universal, del amor en grupo…
Hemos renacido…
El universo nos tiene que reconocer nuevamente, somos seres nuevos.
(Artuculo perteneciente a Mundo Chaman)
ES UNA EXPERIENCIA QUE TE RECOMIENDO VIVIR!!!
PARA SABER CÓMO PARTICIPAR:
MUNDO CHAMAN