Páginas: 1270
ISBN: 9788401339639
Precio: 24,90€
La fecha oficial de publicación en España de El temor de un hombre sabio es el próximo 3 de noviembre, pero yo no quise esperar y me lo compré en inglés hace unos meses. Os cuento mis impresiones a continuación.
Patrick Rothfuss
Patrick Rothfuss (Wisconsin, 1973) es profesor adjunto de la Universidad de Wisconsin. Al igual que la mayoría de escritores, su amor por la literatura le viene de su infancia, de los cuentos que le leía su madre y su pronta afición a leer y escribir. Una vez en la universidad, se matriculó en Ingeniera Química, pero enseguida la abandonó para decantarse por Psicología, estudios que tampoco llegó a finalizar. A partir de ahí, como no sabía qué hacer con su futuro, cursó asignaturas sueltas que le llamaban la atención y compaginó tres trabajos. Por último, consiguió un título en Filología Inglesa y, tras prepararse unos años más, se quedó en la facultad para impartir clases.Se le conoce por ser el autor de la trilogía épica Crónica del asesino de reyes, cuyo primer borrador fue escrito durante los años que pasó dando tumbos por la universidad. El primer volumen, El nombre del viento, se convirtió en un éxito de ventas en diversos países y muchos lo han definido como una de las mejores novelas fantásticas de nuestros tiempos. La segunda parte, El temor de un hombre sabio, vio la luz en 2011, mientras que de la tercera aún no hay fecha de publicación y solo se conoce su título provisional, Las puertas de piedra. Rothfuss también ha publicado Las aventuras de la princesa y el señor Whiffle (2010), una parodia de terror de un cuento tradicional que de momento no se ha traducido al castellano.
Antecedentes: El nombre del viento
En su primera novela, Patrick Rothfuss nos introdujo en la vida de Kvothe, un joven posadero pelirrojo que en la actualidad se encuentra escondido y solo su ayudante, Bast, conoce su verdadera identidad. Un buen día, un personaje llamado Cronista llega a la posada y el protagonista accede a relatarle su vida. El nombre de Kvothe lleva implícito un mito, una leyenda que se ha construido alrededor de sus acciones, pero, como suele ser habitual, no todo lo que se comenta sobre él es cierto. Con esta crónica, Kvothe pretende que se sepa cuál es su auténtica historia. Decide relatarla en tres días, correspondientes a los tres libros de la trilogía.El nombre del viento abarca la etapa de su infancia y los primeros años de su adolescencia. Narra los orígenes de Kvothe junto a su familia de artistas ambulantes y cómo un arcanista le ayudó a prepararse para llegar a la Universidad (uno de los lugares de este mundo imaginario). Sin embargo, la felicidad se rompe el día que sus padres son asesinados por los Chandrian. Estos personajes cargados de misterio se convierten en la obsesión del niño, que lucha contra las adversidades que se le presentan y ansía con toda su alma saber más sobre ellos. El nombre del viento también destaca porque Kvothe conoce a la enigmática Denna, de la que se enamora enseguida, y llega a la Universidad, donde estudia asignaturas de lo más curiosas y hace buenas migas con un profesor muy estrambótico.
Mis impresiones (1): la Universidad y Denna
He omitido a propósito el apartado de la sinopsis porque prefiero relatar unas pocas acciones mientras opino (así mato dos pájaros de un tiro: no tengo que entrar en detalles para quienes aún no hayan leído la primera parte y a la vez puedo explicar mejor mi opinión, pues, como podréis deducir por la estructura de esta reseña, varía bastante en función de la etapa en la que nos encontremos). El temor de un hombre sabio no tiene la típica estructura de planteamiento, nudo y desenlace sino que parece una recopilación de diversos diarios de Kvothe. Las experiencias vividas en cada uno de ellos son tan diferentes como mis impresiones sobre las mismas.Todo empieza igual que terminó: comienza un nuevo curso en la Universidad y Kvothe debe ingeniárselas (una vez más) para pagar su matrícula. A pesar de los intrigantes sucesos de la recta final de El nombre del viento, su vida transcurre con relativa facilidad y enseguida me vi inmersa en sus páginas. De entrada me costó un poco recordar quién es quién y algunos detalles (tened en cuenta que leí El nombre del viento hace más de un año y medio), pero poco a poco me fui situando y no llegué a perderme.
Hablar de Kvothe en la Universidad significa hablar de amigos y enemigos. Por el lado bueno, conocemos más a sus compañeros de fatigas Simmon y Wilem, con los que he llegado a encariñarme. También las chicas, Fela y Mola, adquieren un mayor peso en la historia. ¡Y no olvidemos a la encantadora Auri (aunque de ella no puedo decir que gane protagonismo, muy a mi pesar)! Me ha gustado que se profundizara más en las relaciones de amistad: el recuerdo que me quedó de la primera parte apenas los tenía en cuenta, de modo que he disfrutado al conocerlos más. Por otro lado, Ambrose sigue haciendo de las suyas para perjudicar a Kvothe… y este sabe cómo devolvérselas. Todas las escenas relacionadas con estos personajes dan mucha vidilla a la obra.
Asimismo, la Universidad es sinónimo del profesor más emblemático y peculiar: Elodin, maestro nominador y hombre desconcertante donde los haya. Esta vez imparte sus propias clases, ¡y no tienen desperdicio! Este personaje ya me conquistó en El nombre del viento y su papel aquí no me ha defraudado en absoluto. Con una mirada o un desvarío da color a la historia; lo considero una de las mejores creaciones de Patrick Rothfuss. Los demás maestros también me gustan, pero tengo la sensación de que destacan menos que en la primera parte.
¿No os parece que me olvido de alguien? Sí, también hay un lugar para la chica morena y misteriosa que trae de cabeza a Kvothe: Denna gana protagonismo y me ha encantado conocerla más. Su relación avanza poco a poco y ella sigue reticente a hablar de sí misma; no obstante, sus charlas con mi pelirrojo preferido aumentan y la química entre ambos se palpa desde el minuto uno. Durante este primer tercio se alternan los capítulos relativos a Denna con los de las diversas vivencias en la Universidad, con lo que se consigue una novela entretenidísima que no cae en la monotonía. El autor supo captar mi interés tal y como lo hizo en El nombre del viento.
Por otro lado, tenemos otros dos clásicos de esta trilogía que no podían faltar: los Chandrian, una incógnita de la que se habla con cuentagotas aunque yo deseaba saber más y más; y los interludios que regresan al presente de la posada en los momentos precisos. Me maravilla la capacidad de Rothfuss para reinventarse a medida que avanza sin perder los temas principales (los Chandrian, Denna…), consigue crear nuevas tramas que divierten al lector sin ser mero relleno. Me lo pasé muy bien leyendo.
En lo relativo al estilo, siento que mis palabras se quedan cortas para describir la prosa mágica y arrolladora del autor: fragmentos bellísimos en contenido y forma, canciones, metáforas especiales y bien encontradas, un excelente dominio del lenguaje tanto en los diálogos como en la narración, buen ritmo sin llegar a ser un page-turner. Al leerlo en versión original todavía he podido apreciarlo más (y eso que la traductora española es muy buena). Patrick Rothfuss me parece un gran escritor; son muy pocos los que han conseguido cautivarme de este modo con su forma de contar una historia. Para muestra, os recuerdo algunos extractos de El nombre del viento.
En definitiva, puedo concluir diciendo que el primer tercio de El temor de un hombre sabio se asemeja bastante a una reunión con los viejos amigos, a una continuación pura y dura de El nombre del viento. Se innova en tramas y se crean nuevos temas, pero no se dejan de lado las bases de la Universidad, su entorno y las personas que hay en él. En cierto modo parece más de lo mismo; aun así, no negaré que me embelesó: me implicó en su historia, me hizo sentir y vivir en la piel de Kvothe. Le habría dado un 10/10.
Mis impresiones (2): Vintas, la misión y Felurian
Tal y como comentó Kvothe en el final de El nombre del viento, en el segundo día de su crónica relata su experiencia al servicio de una persona importante del reino de Vintas. Cambio radical de escenario, se deja atrás a gran parte de los personajes que nos habían acompañado hasta ahora. El joven se enfrenta a una vida distinta en la que debe mostrar su valía para ganarse la confianza del señor. La historia de esta parte no está mal, tiene puntos buenos y la leí a gusto, pero me gustó menos que la primera. Digamos que las aventuras en la Universidad, las peculiaridades de las asignaturas y las vivencias en el Eolio me parecen más entretenidas que lo que ocurre aquí.En cierto momento a Kvothe se le encarga una misión en la que debe ir acompañado de unos compañeros a los que no conoce. Este tramo me resultó el más aburrido con diferencia de todo el libro: páginas y páginas en las que no sucede nada relevante, solo el día a día del grupo viajando. Estaba deseando que ocurriera algo impactante, una acción que despertara mi interés por seguir leyendo. Además, tiene el inconveniente añadido de que, al encontrarme capítulo tras capítulo con la misma gente y el mismo hilo argumental, me cansé con más facilidad y eché de menos la alternancia de Denna-amigos-profesores de la primera parte (esta estructura ayudaba mucho a captar al lector sin hastiar). Soy de las pocas personas que no se aburrió ni un solo instante con El nombre del viento (ni siquiera en las primeras páginas), así que mi sorpresa y mi disgusto ante esta faceta de Patrick Rothfuss fueron notables.
Aun así, al César lo que es del César, incluso dentro de lo malo hay un aspecto bueno que destacar: Tempi, uno de los descubrimientos del libro, por él como personaje y por todo lo que aporta su cultura a la historia. Tendría que llamarlo el gran Tempi, me pareció un tipo genial, casi a la altura de Elodin. El autor fue consciente de su gran idea y por ello lo aprovecha de nuevo en tramas posteriores, pero de eso os hablaré más abajo. Con respecto a los demás compañeros de Kvothe en este cometido, considero que están bien caracterizados aunque son fáciles de olvidar y no volví a pensar en ellos cuando terminé esta etapa (¡bastante harta acabé del periplo!).
En este segundo tercio se narran algunas leyendas, lo mismo que en la primera parte. Debo decir que no soy una entusiasta de contar historias dentro de una historia, se me suelen hacer pesadas y me da rabia encontrarme con un relato cuando lo que de verdad me apetece es saber cómo sigue la historia del protagonista. A pesar de todo, reconozco que las que se relatan aquí no están mal. Unas me gustaron y otras me aburrieron, pero no me parecen el gran problema de este libro.
En El temor de un hombre sabio también conocemos a la misteriosa Felurian, de la que en la contraportada se dice «He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo». En las leyendas se había dejado caer un poco de información sobre ella; no obstante, me esperaba encontrar otra cosa. Con lo que hay, me ocurre lo mismo que con las historias que acabo de comentar: no me parece tan llamativo o intrigante como los primeros pasajes del libro y, de nuevo, me aburrí. El contraste entre mis impresiones es de lo más triste: pasé de no desear que se terminara nunca a preguntarme una y otra vez cuándo finalizaría esta parte. Y lo peor es que esto último lo sentí en numerosas ocasiones: con la misión, con Felurian y con los mercenarios.
De este intervalo quiero destacar que se narran algunas escenas subiditas de tono (y en la tercera parte todavía hay más), por lo que no se me ocurriría clasificar este libro como literatura juvenil y creo que los que seáis padres tenéis que saberlo antes de comprárselo a vuestros hijos. ¿Qué opino de estos actos? La verdad, me dejaron un poco fría, como casi todo en estos capítulos. Me gustaron algunas charlas sobre sexo (por mucho que aburra, la prosa de Rothfuss sigue siendo maravillosa y cuidada en todas sus vertientes), pero seguía sin sentir esa fascinación que me produjeron la primera parte y la novela anterior. Además, que Kvothe se vuelva hombre (por decirlo de alguna manera) tan de repente no me convenció.
Concluyo este apartado con la reflexión de que en cuanto el autor se salió del terreno ya conocido, mi interés cayó en picado. Con todo, reconozco que posee una gran imaginación a la hora de recrear lugares y paisajes, no descuida ningún detalle y demuestra que el mapa que aparece en las primeras páginas está ahí por algo. Me alegra que Kvothe se mueva, que nos descubra más entresijos de esta civilización, si bien no me puedo quitar la sensación de que los rincones más sugestivos son los que conocemos de antes.
Mis impresiones (3): Ademre y vuelta a empezar
En el último tercio, aproximadamente, Kvothe se entrena con los mercenarios de Ademre (en algún sitio tenía que aprender a usar la espada que empuña en la imagen de la cubierta). Al contrario de lo que podría parecer porque no soy asidua de las escenas de batallitas, esta parte no me disgustó… por la instrucción. Me entretuvo más que la farragosa misión y además cuenta con asuntos que dan juego en las conversaciones (eso sí, en alguna los Adem se pasan de tontos, en mi opinión). El estilo de vida de esta gente difiere mucho de lo que conoce Kvothe, lo que les da un toque característico que en el terreno literario resulta de lo más atrayente.Sin embargo, siguió sin conquistarme. Lo que nos propone Rothfuss no me llegó tanto como la Universidad y las otras ambientaciones de El nombre del viento. No hay ninguna duda de que lo tiene todo pensado al detalle y bien atado, pero, simplemente, me gusta menos y me transmite menos emoción. Asimismo, en general he apreciado una ausencia de acción y a ratos tanta elaboración del contexto se cargaba el ritmo de la historia. Y ojo, El nombre del viento no llegaba al nivel de trepidante, pero sabía mantener el gancho y mis ganas de leer no desfallecieron en ningún momento. A El temor de un nombre sabio le han faltado unas buenas tijeras de podar, aunque ni con menos páginas me habría entusiasmado tanto como el primer libro.
Lo que ocurre después de su preparación en Ademre me gustó bastante; no obstante, se me hizo tan corto (apenas son cien páginas) que resultó insuficiente para remontar mi opinión sobre la obra. El desenlace me recordó a algunas escenas de El nombre del viento, con misterio y sospechas en la posada. Me pareció muy bueno y valoro que consiguiera revitalizarme un poco después de tantas páginas en las que mi apatía era enorme y solo deseaba terminarlo de una vez. De todos modos, no puedo quitarme de encima la sensación de que ha vuelto a utilizar el mismo recurso sin contarnos gran cosa por el camino.
Por otro lado, se avanza poco (ahora hablo de la novela en su conjunto, no solo de la recta final) en lo relativo a los Chandrian y los Archivos, los grandes enigmas de los que ansiaba saber más. Hay alguna cosilla, pero muy poco. En este aspecto no cumplió mis expectativas y pienso que el autor se ha guardado demasiadas cartas para el último libro. Desde las primeras líneas de la trilogía sabemos que en la actualidad Kvothe esconde su identidad mientras espera la muerte, ¿por qué no nos da más pistas sobre el tema?
Conclusión
Patrick Rothfuss es un mago de las palabras y sigo sintiendo una gran admiración por él después de este resbalón. Aun así, tengo la sensación de que El temor de un hombre sabio solo es bueno en lo que se parece a El nombre del viento; en lo demás flojea y más que una novela con su propio argumento parece una recopilación de diversas historias de Kvothe que no me convencieron tanto como las del primer libro. En las cuestiones que más me interesaban apenas se avanza y hay muy pocos hallazgos que me hayan calado hondo. Primero me encantó y luego me decepcionó. Confío en que el tercer día de la crónica sí esté a la altura del primero.Enlaces de interés: Web de Patrick RothfussBlog de Patrick RothfussWeb oficial de la trilogía en EspañaFacebook oficial de la trilogía en EspañaTwitter oficial de la trilogía en España
Mi valoración: 6,5/10