EL TEMPLE DE DÁMASO.
Juanjo Franquelo
Descanse en paz un torero honesto y cabal como pocos. Sorpresas de la vida, me acaban de decir que ha fallecido Dámaso y como no sabía que estaba bastante enfermo, la noticia me ha impactado.
Le vi torear muchas corridas y siempre lo he tenido como un buen torero, con poco arte, valiente, comprometido, honesto y que se enfrentaba a cualquier encaste y eso ya para mi, es un gran plus.
Cuando reapareció en 1992, charlábamos en la peña el Boquerón de Málaga, unos cuantos aficionados y entre nosotros estaba un señor mayor que era una enciclopedia taurina. Este hombre era de un pueblo de Albacete y sabía bastante de la trayectoria de Dámaso González. Uno decía que era torero vulgar, otro que si valiente, otro que no tenía arte y alguien habló del temple. En ese punto coincidí totalmente con el interlocutor del temple. El señor mayor escuchaba y esperaba para saltar. Nos puso a todos de pie en una esquina del gran salón de la peña, donde había decenas de mesas y sillas muy bien colocadas. Nos dijo:
- "Señores, Dámaso coge a un toro con la muleta desde aquí y lo lleva al extremo opuesto del salón y no tira el toro ni una silla".
- Pues sí, eso es dominio del torero que hace lo que quiere con el toro, comenté yo.
Muy serio me dice: por supuesto que es dominio del toro, pero sin temple, no se domina...
Siempre se le ha catalogado como torero con mucho temple, incluso leí algún título que le llamaba el rey del temple. Según el señor mayor y le doy la razón, el temple forma parte del dominio con la muleta.