Hace pocos días hablábamos del Festival de las Peonías de Luoyang, que se celebraba en el Templo del Caballo Blanco. Hoy os presentamos un poco más este antiquísimo templo, el primero que hubo en China dedicado al budismo.
Según la tradición, el templo fue fundado en el año 68 dC por el emperador Ming, de la dinastía Han (no confundir con la dinastía Ming). Su nombre, Templo del Caballo Blanco, hace referencia a los caballos blancos que, según dicen, llevó a los primeros monjes budistas desde el actual Afganistán para que se instalasen en el templo. En aquellos templos el budismo era aún poco conocido, pero su importancia aumentó a partir del siglo V con la llegada de Bodhidarma, un monje indio.
La importancia cada vez mayor del budismo, así como la capitalidad de Luoyang hasta finales del siglo V, hicieron que el templo creciera hasta su tamaño actual, de unas 13 hectáreas. Los edificios están bellamente decorados y abundan las estatuas, especialmente de budas, leones mitológicos y, en la entrada, dos caballos blancos que reciben a los monjes y a los visitantes. El templo pasó por una profunda renovación a partir del siglo XIII y los edificios más antiguos que se conservan son del siglo XVI.
La entrada al templo es pública, aunque notarás que hay unas medidas de seguridad muy estrictas y en cualquier momento te pueden cachear. A pesar de esta incomodidad la visita merece mucho la pena. Si te interesan los templos es recomendable dedicarle algunas horas para poder verlo a fondo; y, como es tan grande, se han instalado varias señales que indican a los visitantes las diversas partes del recinto.