Lo vemos desde muchísimos puntos tanto de Barcelona como de las localidades colindantes, y es que el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, que corona Collserola desde hace más o menos medio siglo, no pasa desapercibido.
El Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, situado prácticamente a las puertas del parque de atracciones de la ciudad, se empezó a construir en 1902 y finalizó en 1962; fue obra de E. Sagnier i Villavecchia y de su hijo, J.M Sagnier i Vidal.
Aunque a finales del siglo XIX se especulaba con la posibilidad de que en el lugar donde actualmente está el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón lo ocupara un hotel-casino, la idea no prosperó. Los terrenos fueron comprados por un grupo de gente religiosa que luego los cedió a Juan Bosco durante su visita a Barcelona.
Tras la cesión de los terrenos, los salesianos (orden religiosa impulsada por Joan Bosco) ordenaron construir una pequeña ermita neogótica (la ermita de San Juan Bosco) que aún a día de hoy permanece adosada al Templo Expiatorio del Sagrado Corazón.
Las dos esculturas del Sagrat Cor (Sagrado Corazón)
Si por algo destaca este templo es por su espectacular escultura del Sagrado Corazón en lo más alto del edificio. Lo que poca gente sabe es que dicha escultura tuvo que hacerse dos veces...
La primera vez que se hizo la escultura fue en 1935, obra de Frederic Marés, tenía 8 metros de altura, algo que en su momento la convirtió en la escultura más grande de España.
Estuvo algún tiempo en el patio del templo, y aunque debía colocarse en la parte del Templo -como la actual- no hubo tiempo. El inicio de la Guerra Civil en 1936 provocó que la estatua se fundiera para fabricar material bélico.
Posteriormente, los salesianos pidieron una réplica de la escultura original a Josep Miret; la escultura, aunque idéntica, era medio metro más pequeña. Al igual que su predecesora, también estuvo un tiempo en la terraza del templo, hasta que en 1961 esta sí pudo ser colocada en el cimborrio del templo, desde donde vigila la ciudad.