Nadie imaginaba encontrar una construcción como Göbekli Tepe construida en la época del homo sapiens. Cerca de la ciudad de Urfa, al sudeste de Turquía, el arqueólogo alemán Klaus Schmidt descubrió un templo inmenso de más de 11.000 años. Más antiguo incluso que Stonhenge (3.000 a.C.) o las pirámides de Egipto.
Se trata de Göbekli Tepe, un templo compuesto por cuatro grandes complejos de forma circular u ovalada, formados por grandes "T" de piedra caliza de unos 3 metros de altura. Cada una de esas "T" está compuesta por dos megalitos, uno vertical y otro horizontal y cada círculo consta de doce "T" siempre con una en el centro. Cada círculo está a su vez rodeado por unos toscos muros hechos a base de piedras.
Los grandes bloques de piedra caliza están tallados con representaciones de animales - jabalíes, cocodrilos, zorros, gacelas, etc-. Algunos de ellos ya no se encuentran en la actualidad, ya que fueron extintos. Además de los animales se han encontrado, tallados en la piedra, una serie de pictogramas identificados en principio con símbolos sagrados para los constructores del complejo.
Se cree que era un lugar de culto, para efectuar rituales secretos, ya que no hay evidencias de que la gente habitase ni siquiera por los alrededores.
Complejo del templo de Gobekli Tepe, con los supuestos templos que existirian alrededor.
Todo indica que por los alrededores de Gobekli Tepe existen multitud de templos similares, de forma que aún quedan muchos misterios por descubrir, y unos tantos años más para excavar las zonas periféricas al templo más antiguo del mundo.
Lo curioso de Gobekli Tepe es que se trata de un lugar que yacía oculto a los ojos ajenos. Schmidt encontró Gobekli Tepe cubierto y rellenado con piedras y tierra por la civilización que la creó, con el fin de enterrarlo tras abandonar el lugar hace unos 10.000 años.
Estatua de culto a la mujer encontrada en Catal Hüyük
Pero Göbekli Tepe no fue el único núcleo importante. Muy cerca de las Montañas Taurus, se situaba Cayönü, donde han sido encontrados cráneos, indicios de sacrificios humanos y cultos a la muerte; y Catal Hüyük, que llegó a tener una población de hasta 10.000 habitantes y donde se rendía un especial culto a la mujer y al toro. Se han encontrado cráneos decapitados, lo que significa que se efectuaban rituales mortuorios o de superación de la muerte.
Estos complejos pues, fueron erigidos en un marco histórico imposible. Mientras la historia oficial nos cuenta que por aquella época el homo sapiens era nómada y vivía dentro de las cavernas, nos encontramos con este templo de culto. Se calcula que para levantar cada círculo de Göbekli hicieron falta unos 500 hombres, cuando se supone que el hombre aún vivía en pequeños grupos nómadas que dedicaban su tiempo a cazar y recolectar provisiones.
Por eso, una vez más sería necesario replantearse el curso de la historia oficial, para empezar a abrir el camino hacia nuestro verdadero origen.
Fuente: Masonería 357