La narrativa palestina básicamente se fundamenta sobre la ficción. Un pueblo ficticio, para un país inventado; todo ello fundamentado en artificios, dogmas y directamente mentiras.
La mezquita situada en el Monte del Templo que nunca ha tenido una importancia capital para el Islam de repente se ve convertida en el tercer lugar más sagrado del mismo, sin que nunca nadie haya hecho un ranking de sacralidad de los lugares santos del Islam antes del sionismo.
A mí me resulta muy difícil de creer que una muchedumbre de católicos utilicen las piedras de la catedral de Santiago, por poner un ejemplo, como munición.
Si lo hicieran es por que no considerarían muy sagrada dicha catedral. Como no deben considerar muy sagrado los mismos palestinos la mezquita de Al Aqsa a tenor de las siguientes imágenes.