Ya puedo decir que tengo algo en común con Portnoy. Ambos hemos leído El Tercer Reich en un hospital. A Portnoy, el hospital le condicionó (dice el) su lectura, y no puedo estar mas de acuerdo, a mi me ha sucedido lo mismo. Salvo que yo aún no he abandonado el hospital. Mi estada en el hospital es debida al nacimiento de mi segundo hijo, hasta aquí buenas noticias, pero debido a complicaciones en el parto y los siguientes tres días de recuperación de mi mujer, sumado a un nuevo ingreso dos días después del alta por una infección, han conferido a su lectura (ya de por si oscura), un aura muy extraña.
He de confesar que hasta hace poco no me intereso demasiado este Tercer Reich. Creí, entupidamente, que solo era una treta comercial de la que ya nos tienen acostumbrados algunas editoriales. Y al leer el argumento, además, salí corriendo.
Cuan equivocado estaba, ¡hurra por mi estupidez! y ¡hurra por mis prejuicios! Bolaño es Grande, es Enorme. Hay por ahí un intenso debate sobre la publicación de novelas póstumas, novelas encontradas en cajones, yo solo puedo decir Gracias por publicar esta novela. ¿A nadie se la ha ocurrido que puede, solo puede, que Bolaño supiera que encontrarían esta novela, o mejor todavía, que Bolaño, consciente de su muerte hablara con su mujer, para que ésta encontrara El Tercer Reich, años después? Sabemos que Bolaño quería publicar 2666 en cinco pequeñas partes para asegurar el sustento de su familia después de su desaparición, ¿y si esto no es más que una jugada más de Bolaño? ¿Un plan más para el futuro de los suyos?
Ya desde la primera pagina, envuelve la historia un alo de oscuridad, oscuridad enmascarada en personajes extraños, el Lobo, el Cordero, el Quemado, que sin tener la intención manifiesta de hacer algo malo, representan la misma oscuridad. Al leer como Udo conoce a Charly y como Charly, fascinado por estos españoles extraños, actúa del modo más rudo e incorrecto y machista, uno sabe, tiene la sensación, de que algo planea sobre estos pobres alemanes, sobre el pobre Udo. La partida del Tercer Reich que juegan Udo y el Quemado, nos revela la caída de Udo, el hastío del alemán, que poco a poco se aleja de la realidad y se sumerge en una serie de ensoñaciones y pactos secretos que como único fin, tiene, su derrota en el juego. La sensación de desasosiego que produce esta novela al leerla es maravillosa. Conocer Blanes y sus calles, que es donde, presumiblemente, se desarrolla la novela, incrementa esa sensación. Pero lo realmente fascinante es la facilidad con la que entramos en esta historia, la cercanía de esas vacaciones de verano de una pareja de alemanes, de las visitas a las discotecas, los restaurantes, la playa abarrotada, los días de lluvia en verano, los hoteles llenos de veraneantes. Es tan fácil enredarse en este pequeño cosmos Bolaño, tan inquietante, que su lectura es imprescindible en el universo Bolaño
Chapó señor Bolaño, es usted un maestro.