El fuerte oleaje, los acantilados y la costa escarpada, densa niebla en el espeso bosque. Una bruja que habita una mísera covacha. Un castillo venido a menos donde sufre un achacoso barón (Karloff), puertas levadizas, cripta con las tumbas, ruidos en la noche. Caballo que huye durante la tormenta. Bella muchacha poseída que aparece y desaparece. Un amor traicionado. Un pájaro maléfico. Secretos y rencores.
Roger Corman de inmediato unido al cine denominado de serie B. Y esta película sería una de sus obras menores, o sea, sólo para verdaderos fans o gente con una curiosidad descontrolada. Con un mísero presupuesto, trabajo entre colegas (partes dirigidas por Coppola o Nicholson), reutilizando decorados de anteriores rodajes.
Para mi es una experiencia extraña, es como volver a las lecturas góticas, a las leyendas, a los bosques encantados, a la vida de pasadizos de los castillos. Un universo de fantasía. Reconozco mi debilidad por este tipo de cine, aunque en dosis reducidas y espaciadas en el tiempo. Me devuelve a la juventud, a no tener en cuenta la calidad, sino al dejarse llevar. Y a pesar del título, nada de miedo, ni tan siquiera inquietud. Es como un cuento lejano y extraviado.
TÍTULO ORIGINAL The Terror. DIRECTOR Roger Corman. GUIÓN Leo Gordon. MÚSICA Ronald Stein. FOTOGRAFÍA John Nickolaus Jr. REPARTO Boris Karloff, Jack Nicholson, Sandra Knight, Dick Miller, Jonathon Haze. EE UU 1963, 81 min.