Llevamos casi un año de pandemia y ahora, cuando por fin tenemos las ansiadas vacunas que nos pueden permitir pasar página y retomar nuestras vidas, parece que el proceso de vacunación se ralentiza. Veamos una reflexión personal al respecto.
En el siglo IV antes de Cristo surgió una figura histórica primordial, un personaje de tal calado que su influencia en el devenir histórico posterior es innegable y pudiéndose afirmar sin atisbo de dudas que su figura fue totalmente disruptiva en lo que a evolución histórica se refiere, me refiero al rey de Macedonia, Alejandro, más conocido como Alejandro el Magno. Cuenta una leyenda histórica que cuando Alejandro conquistó Anatolia durante su guerra contra el Imperio Persa de Darío III, guerra que a la postre le serviría para expandir sus dominios y la cultura griega hasta la India, los habitantes de la región de Frigia le plantearon un problema antiguo y aparentemente insoluble; se trataba de una cuerda anudada de una manera tan complicada y enrevesada que la hacían prácticamente imposible de desanudar. El problema que los frigios plantearon a su conquistador era el llamado "nudo gordiano" y el reto que Alejandro debía resolver era el de deshacer tal nudo ya que, quien deshiciera el nudo conquistaría Asia.
Alejandro, que ciertamente era un tipo decidido, miró y estudió el nudo, buscó diferentes soluciones y al final encontró la solución que resolvió el embrollo y el enigma de una vez por todas; simplemente desenfundó su espada y asestó un buen tajo al nudo, cortando la cuerda y, por lo tanto, deshaciendo el nudo. Evidentemente, tan poco ortodoxa manera de solucionar el problema sorprendió a sus retadores, que no pudieron hacer otra cosa que dar por buena la decisión de su joven rey y alabar su ingenio. Alejandro había resuelto el nudo gordiano, de manera poco ortodoxa, cierto, pero no menos efectiva. Y es que, como se dice por ahí, "a grandes males, grandes remedios".
Actualmente estamos sufriendo un "", la pandemia de la Covid-19 se está cebando en la población de gran parte del mundo y, de rebote, está afectando a la economía mundial de tal manera que sólo un conflicto bélico a escala masiva podría afectar a la economía de una forma superior. Este "gran mal" consiste, como es sabido, en una enfermedad de muy alta transmisibilidad y que afecta de manera desigual a diversos pacientes, yendo desde los asintomáticos hasta las personas que llegan a fallecer debido a sus complicaciones. Siendo la tasa de mortalidad de esta nueva enfermedad no muy elevada, su alta trasnmisibilidad y el hecho de incidir sobre una población totalmente desprotegida contra el nuevo antígeno la ha hecho altamente peligrosa, no sólo para la salud, sino para todas las actividades de nuestra Sociedad, Economía incluída. Y es que siendo los humanos una especia tan social, una enfermedad que afecte a nuestras relaciones sociales puede poner en jaque a todo lo derivado de las mismas, relaciones económicas incluídas y, por lo tanto, comprometer la generación de riqueza a escala global.
Hablando de "grandes remedios", lo bueno del caso es que se han podido conseguir vacunas efectivas contra esta enfermedad nueva en un tiempo récord y todo ello gracias a la lluvia de millones invertidos en investigación y al hecho de que ya se tenían diez años de estudios acumulados sobre el anterior coronavirus que apareció hace unos diez años y cuya epidemia se consiguió frenar a tiempo, el MERS, pariente próximo del SARS-CoV 2 que causa la Covid-19. Evidentemente, y hablando en términos económicos, el hecho de ser los primeros en conseguir una vacuna efectiva es un suculento objetivo para cualquier empresa farmacéutica, no hay que ser un lince ni un economista para dedudir por qué, grandes beneficios, subidas en bolsa, reconocimiento social...dinero y poder económico, en suma.
El proceso de Investigación y Desarrollo de vacunas ha ido tan bien que en Europa ya tenemos no una, ni dos, sino tres vacunas aprobadas. Aparte, hay dos vacunas rusas en circulación y alguna más china más otras muchas de diversas farmacéuticas y en diferentes estadios de su desarrollo y aprobación; vamos, que todo apunta a que llegará un momento en que el mercado se saturará de diferentes vacunas pero todavía no. En el momento actual hay todavía escasez de vacunas en el mercado y, por ello, el proceso de vacunación no está yendo tan rápido como todos querríamos; las pocas vacunas disponibles se están destinando, con buen criterio, a vacunar a los colectivos más vulnerables, a quienes presentan cuadros clínicos peores y que, por lo tanto, son los grandes usuarios de los diferentes Sistemas Sanitarios para conseguir así liberar presión sobre los sistemas hospitalarios y poder destinar los recursos a vacunar a otras capas de la población. Aún así, yendo al ritmo actual, seguramente se tarde más de un año en conseguir la ansiada inmunidad grupal que nos libere a todos. Ante este hecho, creo que es importante hacernos la siguiente pregunta; la Economía Mundial y, en concreto, sectores como el Turismo y la Hostelería (entre tantos), ¿disponen de tanto tiempo?
Hace pocos días ha aparecido el ejemplo de Israel, país de siete millones de almas y que ya lleva un 50% de su población vacunada con la primera dosis y que espera llegar a la inmunidad grupal del 70% a finales de marzo de 2021. Parece ser que este país ha usado un sistema de vacunación masiva y ha podido conseguir las vacunas suficientes para llevarlo efectivamente a cabo, sea por precio o por capacidad negociadora con los proveedores, da igual; el hecho es que Israel nos está dando una lección de cómo hay que actuar para atajar la pandemia, hacer como Alejandro con el Nudo Gordiano, cortar por lo sano.
Y es que el tiempo apremia, llevó mucho tiempo conseguir tener aquí sectores mundialmente punteros como el Turismo y la Hostelería (como tantos sectores afectados) como para arriesgarnos a perderlos obligándoles a perder otra temporada de verano entreteniéndonos en burocracias y dependiendo de unos suministros de vacunas que no acaban de llegar con la cadencia deseada. Cierto es que ahora, con la tercera vacuna aprobada en europa, la de AstraZéneca, el suministro de vacunas a Europa va a incrementar, aun así, y una vez vacunados los colectivos más vulnerables y, por lo tanto, cuando la presión hospitalaria haya empezado a decaer, en mi opinión, se debería afrontar un plan de vacunación voluntario pero masivo de la población, de tal manera que se pudiera conseguir algo parecido a la inmunidad grupal antes de la temporada de verano de 2021, ya que si ello se consiguiera en octubre, si bien el efecto en la Salud sería el mismo que en junio, no así sería el efecto en la Economía global y, sobre todo, en el sector del Turismo y la Restauración. El calendario corre y no vuelve atrás y los sectores afectados están muy, pero que muy afectados.
Personalmente, no sé a qué estamos esperando, tenemos el ejemplo de Israel, las vacunaciones masivas funcionan y, si somos capaces de mobilizar a gran parte de la población adulta de un país en un día de elecciones, ¿por qué no vamos a ser capaces de montar "días de vacunaciones", aplicaciones de móbil donde apuntarse voluntariamente para la vacunación, o bien, cualquier otro sistema que sea efectivo y radical?,¿tan difícil es emular a Alejandro y su corte por lo sano del Nudo Gordiano?, ¿tan difícil es formar personal para administrar una vacuna (quienes hemos hecho el Servicio Militar sabemos a qué me refiero)? Quiero pensar que las demoras actuales son fruto de la novedad y de la escasez de vacunas en el mercado, pero creo que nadie entenderá que los diferentes gobiernos mundiales no "corten por lo sano" esta cuestión y cuento antes. Quizá en esta época que nos ha tocado vivir necesitemos más "Alejandros" y algo menos de indecisión; ya se irá viendo, tiempo al tiempo, pero en el escenario post-pandemia los primeros países en salir de la misma serán los mejor posicionados para conseguir la mayor recuperación económica posible, y eso los gobiernos deberían tenerlo en cuenta.
Tortosa, 31-1-2021 Economista C.E.C. núm 13147