La mayoría de veces cuando estamos esperando por algo decimos "que sea cuando Dios quiera" y los hacemos sin la plena consciencia de que realmente no es necesario hacer esa mención, porque no hay nada, absolutamente nada que pueda evitar los designios divinos de nuestro Señor. Todo esta pautado, todo esta designado, confía en el señor, espera en Dios.