TRADUCCION: César Palma Hunt
AUTOR: Fabio Volo
EDITORIAL: Plaza & Janés
PÁGINAS: 256
PRECIO: 16,90€
CONTRAPORTADA:
Una novela que habla de un padre y un hijo, de una mujer a la que no se puede olvidar, de emociones y sentimientos que rara vez se expresan, que destila ternura, simpatía, autenticidad en cada página... y con un protagonista al que todos reconocemos y con quien nos podemos identificar.
Una historia sobre esos pequeños instantes que definen nuestras vidas, pequeñas lecciones que no deberíamos dejar escapar. Porque siempre se está a tiempo de comprender, perdonar, luchar, sentir, agradecer y amar.
Una tarde es lo que me ha durado la novela de este autor para mi desconocido y que como sabéis me llegó a casa por Sorpresa, gracias a Random House Mondadori y Plaza & Janés. Por cierto ¿Soy la única que ha recibido el reloj de arena azul? Es que sólo lo he visto en blanco en otros blogs.
Es la historia de Lorenzo, un hombre que ronda los cuarenta, vive en Milan y es un publicista de éxito que triunfa en el terreno profesional, aunque parece que en el personal las cosas no le van tan bien. Lorenzo ha decidido que ha llegado la hora de recuperar a dos personas muy importantes para él. La mujer con la que compartió tres años de su vida y que lo abandonó por no saber amar y a su padre, un hombre que nunca le demostró su cariño y al que una enfermedad puede estar a punto de arrebatárselo, pero… ¿No será demasiado tarde?
Es muy cierto eso de que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde y Lorenzo quizás ha tardado demasiado en intentar recuperar a una mujer que ahora se encuentra a punto de casarse con otro hombre. Cuando ella se marchó le echó en cara que no sabía amar. ¿Será ya demasiado tarde? ¿Realmente ha cambiado?
“… tenía razón cuando decía que yo no sabía amar. Que no era capaz de hacerlo. Que confundía el amor con la adaptación.Por otro lado, Lorenzo siempre ha echado en falta que su padre le demostrara afecto, cariño, un abrazo, tan sólo una palabra de aprobación, pero creció sin todo eso y en mi opinión es por ello por lo que su relación falló. Creo que el Lorenzo adulto, se parece a su padre más de lo que el creía y ahora que lo ha comprendido cree estar a tiempo de recuperarlo todo.
- Es tu mayor expresión de amor. De hecho, confundes estas dos cosas. Cuando te adaptas, crees que estás amando.”
El narrador de toda la historia es el propio Lorenzo. En primera persona nos irá contando su vida actual, pero también viajaremos con él, alternando los capítulos, a dos tiempos pasados, uno más lejano donde nos hablará de su infancia y la relación con sus padres y por otro de su relación con su expareja, de la que no sabremos el nombre hasta la última línea del libro. Para el lector su nombre será “ella”.
Veremos que Lorenzo siempre ha vivido viendo cómo sus padres tenía serías dificultades para salir adelante, constantemente acuciados por las deudas, por cumplir plazos, siempre rozando el umbral de la pobreza, pero humildes, demasiado discretos, conformistas, siempre procurando no enfadar o molestar a nadie, siempre agachando la cabeza ante los acreedores y sin levantar jamás la voz, y Lorenzo sintiendo vergüenza ajena ante esta falta de coraje. Finalmente decide dejar los estudios y echar una mano en el negocio familiar, pero no sólo nos hablará de su familia, nos hablará de sus primeros amores y sobre todo de Roberto, un vecino que pasa a ser “el hermano mayor” que nunca tuvo y que le abrió las puertas al mundo de la música, el cine y sobre todo la literatura.
Sus conversaciones me han encantado. Es una de las partes del libro que más me ha gustado, porque gracias a Roberto, Lorenzo pierde el miedo a la lectura. Cuando se conocen Lorenzo cree que lo único que conseguirá leyendo es perder el tiempo, pero al final las palabras de Roberto si consiguen calar en él:
”…leer pone en movimiento todo tu interior: la fantasía, las emociones, los sentimientos. Es una apertura de los sentidos hacia el mundo, es un ver y reconocer cosas que te pertenecen y que si no lees, corres el riesgo de perderte. Nos ayuda a redescubrir el alma de las coas. Leer sirve para dar con las palabras adecuadas, aquellas que precisamos para expresar debidamente algo. Sirve para describir bien eso que antes se nos resistía. […] Además, leer es simplemente hermoso. Yo, a veces, cuando termino un libro, me siento saciado, ahíto, satisfecho, y experimento un placer físico.”Y por supuesto veremos como la conoció a “ella” y cómo fue su relación hasta que ésta terminó.
A mí el libro me ha gustado mucho. Creo que Lorenzo expresa perfectamente sus sentimientos pasados y presentes y realmente se da cuenta de lo que ha perdido, pero también es cierto que a veces las oportunidades hay que atraparlas cuando se presentan, porque si no será otro el que se suba a ese carro y para saber si logra recuperar a esas dos personas, tendréis que leer el libro. Si tengo que elegir, me quedo con la historia entre el padre y el hijo, me ha llegado mucho más. No he podido evitar sentir pena por ese hombre, pero puedo llegar a entenderlo. Hay gente que no sabe decir con palabras lo que siente, quizás se sienten más cómodos demostrándolo con actos, la cuestión está en saber hacer llegar a la otra persona esos sentimientos.
Fabio Volo
¿Algún “pero”? Pues sí, dos.Uno se llama Nicola. Es un íntimo amigo de Lorenzo que no sé si está en el libro para aportar, quizás, un punto simpático, pero que no me ha gustado especialmente. Como le comentaba a Eva en su Reseña, me ha sobrado todo ese conocimiento en lo que a mujeres se refiere y ese “tonito” en sus conversaciones, que en algún momento me sonado bastante ordinario.
Dos, el capítulo final. No me ha gustado nada el cariz que toma la última escena del libro, pero sin embargo el final me ha encantado y me ha dejado muy satisfecha.
Yo creo que es una historia que conecta enseguida con el lector debido a que es fácil identificarse en algún momento con la vida del protagonista. Aunque no he leído muchas reseñas del libro, sí he ido leyendo las opiniones y reflexiones de algunos lectores, que en general están encantados con la lectura AQUI
En cuanto al tiempo que yo querría, pues después de mucho pensar, me quedo con mi tiempo presente. Quizás no sea el mejor en este momento, pero ya los ha habido peores. Recordar tiempos pasados mejores está bien y es divertido. Precisamente ahí están para que los recordemos siempre. Los malos, pues eso, no son tan divertidos, pero tampoco creo que se deban olvidar porque de todo se aprende y jugar a eso de "me gustaría volver atrás sabiendo lo que sé hoy" es muy peligroso y es querer jugar con ventaja. Seguramente dejaríamos de hacer algunas cosas que hicimos (al menos yo) y quizás eso llegaría a modificar la vida que tenemos hoy, así que lo dicho, me quedo con mi tiempo presente y esperando los que queden por venir.
Fotografía del autor: http://www.i-italy.org/events/2010/1