Es cierto lo que me cuenta un médico habitual lector del blog. El tiempo siempre pone las cosas en su sitio. En concreto, se refiere a lo que ocurre con la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) que continúa financiada por la Administración e incluso sus fabricantes prosiguen con su insistencia en aumentar sus indicaciones, por ejemplo, a los hombres (ahora sólo es para mujeres) pese a que ya incluso se ha producido la primera muerte relacionada con la misma.
“Mira lo que pasó -me comenta- con la pandemia de la gripe A: ya a principios de septiembre dimos a conocer en Gripe y calma que no había motivos para la alarma, pero el Gobierno de entonces no nos quiso escuchar”.
Así fue. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dictó sentencia, todos agacharon la cabeza y como aún había dinero (aunque ya comenzaba a escasear, comenzaba a pasar factura la crisis financiera actual) hala, a comprar vacunas a mansalva de las que luego sólo el 10% se puso, mascarillas y trajes especiales que se los está comiendo el polvo en los almacenes de los hospitales y tamiflús que están a puntito de caducar y que Sanidad hace poco quiso dar prioridad para garantizar su salida al mercado a pesar de que hay evidencias frescas (que vienen a confirmar lo que ya se sabía entonces) de su inutilidad.
Nos gastamos, sólo en pastillas, 50 millones de euros en 2009, 250 millones incluyendo las otras cosas (mas gastos de almacenaje en los centros militares, campañas inútiles de sensibilización, recetarios amarillos específicos para recetar antivirales que nadie utilizó, etc.). Qué bien vendría haber tenido disponible de ese dinero para generar algún que otro puesto de trabajo, por ejemplo o para campañas de prevención no medicamentosa.
En breve comenzará la nueva campaña de vacunación contra la gripe común pese a la baja eficacia de la vacuna. Más gasto ineficiente. Pero el tiempo siempre pone las cosas en su sitio.