Revisando los progresos de mis blogs, manía enfermiza común en cualquier creador que le preocupe su trabajo, acabo de acceder a las estadísticas de este blog y revisando cuáles eran las entradas más visitadas he encontrado una que realice no hace mucho tiempo titulada pero-si-yo-solo-quiero-vender-mi-coche.
Mi reacción ha sido inmediata y enseguida he recordado que ayer recibí otro email, esta vez, y solo supuestamente, de una buena amiga mía y en el cual se me solicitaba una cantidad de dinero que seguramente muchos trabajadores desearían tener en nómina, por no hablar de los 6 millones de parados que existen en España, o 4.698.783 como cacarea el gobierno vanagloriándose por la bajada en el mes de agosto de 31 parados.
La triste historia de mi amiga Isabel, el apellido da igual por que, además de que cualquiera tiene mil amigas o conocidas con ese nombre y desconoces su apellido, seguramente habrán robado sus datos de una web cualquiera, o hasta de mi libreta de direcciones algún avezado hacker, relataba con gran realismo pero escasa literatura, los trastornos, acasos y azares, incluso introduce el robo de su pasaporte, que le habían sucedido a la pobre Isabel en un aeropuerto de la lejana Gran Bretaña.
El caso es que apelando a la amistad requiere que le prestes tu ayuda en forma monetaria, unos 900 y pico euros.
Y yo lo siento Isabel.
Más que nada por ser tu nombre el de mi madre y el de mi ex, de mi ex suegra y de otras 100, amigas de mi hermana, de mi hija y de más ni sé. Amigas de España, alguna reina católica y Pantojas y otras corruptas ni sé y, aunque menos, por el mundo habéis también.
Y ante todo Isabel Torrents, "relaxa!, como falan no Brasil".
Hasta la próxima entrada. ¡Salud y Suerte!