El "Tío Jess" nos deja

El precursor del cine fantástico español se va a los 82 años

Autor de culto donde los haya, Jesús Franco, más conocido como Tío Jess, director madrileño de casi un total de 200 películas, icono patrio de las obras de género más representativas y reconocido símbolo para cineastas de renombre como Tarantino, ha fallecido víctima de un ictus cerebral a los 82 años de edad. Realizador, guionista, montador, productor y músico, el cineasta fue el pionero del cine de terror y de serie B en España con obras como Gritos en la Noche, Necronomicón, El Conde Drácula o Vampyros Lesbos, entre otras muchas.
El Tío Jess, que fue galardonado en 2009 con el Goya de Honor por su trayectoria, inició su carrera cinematográfica en 1954, tras decidir que Filosofía y Derecho no eran lo suyo. Comenzó trabajando como ayudante de director con realizadores como Juan Antonio Bardem, entre otros, pero optó por producir su cine en otros países como Francia o EEUU al sentirse incomprendido en España.
El primer largometraje de Tío Jess fue Tenemos 18 Años (1959), pero sin duda, la fama de su cine, caracterizado por un corte fantástico y de terror repleto de tintes eróticos y cómicos, le llegó por obras posteriores como Gritos en la Noche (1961) o Necronomicón (1967). A finales de los 60 y principios de los 70 rodó dos películas con Christopher Lee sobre el personaje de Fu Machú, El Castillo de Fu Manchú y El Conde Drácula. Además de obras de terror, también cuenta en su haber con películas enmarcadas en el género de la ciencia-ficción, aventuras o el porno (como Falo Crest, firmada con el pseudónimo de Lennie Hayden). Sus últimas cintas las rodó el pasado año, Al Pereira vs. the Alligator Ladies y las dos entregas de La Cripta de las Condenadas, conformando un total de 199 títulos.
Los restos mortales del director fueron despedidos ayer en Málaga, por una de sus actrices fetiche, Carmen Montes, y por Kike Mesa, autor del documental Jesús Franco. Manera de vivir. El realizador octogenario expresó que no quería velatorios ni capillas porque le parecían "chorradas", al igual que tampoco se celebraron cuando murió el año pasado su esposa, la actriz Lina Romay. Víctor Matellano, autor del corto Tío Jess, aseguró que si el cineasta escuchara las necrológicas sobre su muerte, se partiría la caja. Le creemos.
Hasta siempre, Tío Jess.