Me acuerdo perfectamente. Estaba yo en Venecia con mis padres de viaje, cruzando uno del muchos puentes de esa bella città. Mi padre, amante de la fotografía, disfrutaba de su pasión por aquellos años noventeros empleando una réflex canon EOS 300 -ahora tiene un iphone y ya cualquier réflex es un pedrusco insoportable-. Esa cámara, ahora a la venta por 90 euros en eBay, era una extremidad más de su cuerpo, su gadget -ahora chatarra- más apreciado. Era, en definitiva, su ojo histórico. La pura realidad es que mi padre me dejaba tocar la cámara solo en mis sueños -y a veces ni eso-. La demostración palpable de su innegable vehemencia pesan sobre la estantería de roble, coleccionados en álbumes tan ancestros ya como la madera y que a día de hoy decora su ático. Cada álbum pieza de un puzzle de 56 años. Bueno pues allí, en plena cresta de aquel desconocido puente y con las góndolas entre mis piernas conseguí, a base de atornillar el oído de mi padre, sostener por primera vez aquel … camarón. E increíblemente, me dejó DISPARAR mi primera fotografía. Ese chasquido, con el que consecuentemente impregné de ilusión su carrete de 24, fue probablemente el disparo de salida de la carrera de relevo audiovisual que a día de hoy sigo batallando. Digamos que dicho acontecimiento despertó mi vocación físicamente representada por una Basílica de San Marcos movidísima y un hombre que pasaba por allí.
Hoy cineYEAR tiene el placer de presentaros a Jose Medina. Más reflexivo que filosófico y más experimental que conceptual, este joven director no lo para ni Dios, yayo. Igual nos lo podemos ver presentado un cortometraje del Festival de Arte de Copenhague como haciendo un making off intro del Festival de cine del Sáhara o rodando un documental por el metro de Madrid. Está claro que este observador nato sabe despertar sensaciones traduciendo su perspectiva de la vida de una forma auténtica y sincera, ya sea a través de su infalible cámara en mano como mediante su capacidad musical selectiva. Entrar en su portafolio, con alrededor de diez vídeos deliciosos, es todo una aventura porque lo más seguro es que quedes atrapado en él, como a cual mano en bolsa de pipas.