Sara Pérez Jerónimo
Periodista
Ben & Jerry’s, la archiconocida marca estadounidense de helados, mantiene desde hace unos meses un dilema difícil de resolver en torno a las decisiones que toma en torno a las distintas aplicaciones y ventajas derivadas del uso de la biotecnología.
Dejando de lado la complicada elección dentro de su gama de sabores, la famosa marca no acaba de ser firme en su filosofía corporativa relativa a la biotecnología. Como si de un ring de boxeo se tratase, Ben & Jerry’s mantiene un curioso tira y afloja biotec, en el que un día gana el sí y otro el no.
Echando la vista atrás, hace unos meses saltó a la palestra informativa la posibilidad de llegar a un acuerdo en torno a la polémica autorización que podría permitir la comercialización del salmón transgénico. Algo que extrañamente hizo saltar todas las alarmas de la marca de helados y que impulsó la publicación de una declaración de intereses de la firma claramente en contra de la utilización de productos modificados genéticamente y derivados de la biotecnología.El interrogante en torno a la relación que pudiese tener el célebre pececito en la fabricación de los ricos y caros helados de la marca, aun resulta difícil, por no decir imposible de contestar. No obstante, Ben & Jerry’s y su declaración de intenciones Something’s fishy clamaron a los cuatro vientos su postura contraria al uso de animales modificados genéticamente en materia de producción de alimentos.
Sin embargo, parece que la marca ha comprendido que las distintas aplicaciones de la biotecnología son mucho más amplias e incluso aplicables al concepto empresarial de moda: la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
De este modo, Ben & Jerry’s acaba de anunciar a bombo y platillo su asociación con la compañía biotecnológica holandesa Paques, con el objetivo de instalar un bio-digestor en su fábrica de helados de Hellendoorm (Países Bajos), capaz de transformar el exceso de producción de helado en energía para la propia fábrica.El bio-digestor es principalmente un fermentador gigante de material orgánico, basado un generador energético compacto que puede trabajar con distintas sustancias como el agua, los aceites o el exceso de ciertas materias primas como leche, nata, jarabes e incluso piezas de frutas, lo que le hace mucho más eficaz.
De este modo, el sistema que instalará Paques utilizará millones de microorganismos que se alimentar de pequeñas porciones de residuos, con la misión de reciclar los excesos de producción y purificar las aguas residuales derivadas de los procesos industriales.
Se espera que tras el acuerdo con Paques, Ben & Jerry’s ponga en funcionamiento este sistema a mediados de este año, gracias al cual se podrá cubrir cerca del 40% de las necesidades de la fábrica.
Así, y pese a su filosofía cambiante, Ben & Jerry’s opta por apuntarse un tanto de cara a distintos sectores: el de la biotecnología, el medio ambiente e incluso el suyo propio. Quién sabe, si en el futuro su oscilación de cara al uso de la biotecnología no acabe por aceptar a nuestro pececito y con ello la utilización de organismos modificados genéticamente, algo que realmente si sería Something Fishy**.
** Something Fishy: Algo sospechoso.