Desde luego si hay algo que no pueden permitirse los italianos es aburrirse. Su primer ministro, el nuevo Condottiere Berlusco les despierta cada mañana con escándalos que no pasan desapercibidos.
El de hoy, es de los buenos. Este hombre --cuyo mayor número de asistentes personales lo componen abogados, pues los necesita para su defensa personal de tantas acusaciones y juicios que hay pendientes contra él—, ha sido capaz de sembrar odio y miseria, dividiendo Italia, de vivir con excesos propio de multimillonarios vanidosos más que de primer ministro, de hacer el ridículo de cuyo sentido carece, y sobre todo de utilizar su cargo para defenderse personalmente confundiendo los medios públicos con sus intereses privados. Hoy da otra vuelta de tuerca.
Está legislando en su propio beneficio para evitar ser juzgado, y como quiera que la Corte Suprema le ha echado atrás una de sus leyes defensivas, ha decidido cortar por lo sano. Quiere imponer una norma, que ya está en el Senado, conocida como Ley mataprocesos.
Esta ley limitaría la duración de los procesos. Los suyos en concreto los reduciría a dos años. ¿Se imaginan ustedes lo que ocurriría en España con lo lenta que es la Justicia? Bueno, pues sepan ustedes que la Justicia más lenta en Europa no es la española, sino la italiana. ¿Y qué pasará si entra en vigor esta ley en Italia? El objetivo que se ha marcado Il Cavaliere es el de evitar ser juzgado, pues tiene pendientes casos que todavía no han llegado a juicio, que le acusan de fraude fiscal, de falsedad contable y de corrupción. Casos graves cuyos juicios podrían hacer que D. Silvio fuera condenado con penas importantes, pero cuya duración ya está por encima de los dos años.
Pero, siendo esto grave, lo es más todavía el hecho de que por querer salvar su pellejo, le importe un carajo los efectos colaterales que provocaría la entrada de esta ley, que podría dejar sin efecto denuncias graves contra otros imputados de cuello blanco o contra la mafia, los traficantes de drogas o el terrorismo. Esto le importa un pito a este tipejo si consigue salvarse él de la justicia que le apremia.
Suma y sigue. El día que Berlusconi no esté en el poder, bien porque le gane la izquierda (ojalá) o bien porque sea sustituido por otro líder de la derecha, habrá dejado Italia hecha unos zorros y costará recuperar los valores democráticos mucho tiempo. Claro que eso el importa poco al primer ministro si salva su propio culo.
Salud y República