La catedral de León
Llamada Pulchra Leonina está construida encima de otras construcciones. Primero construyeron unas termas romanas y otros edificios públicos que la Legión VII había construido a mediados del siglo II, cuando instaló su campamento en este lugar, entre los ríos Torío y Bernesga.
No queda mucho de estas antiguas construcciones, solo algunos restos de mosaicos, tejas y cerámicas, que ahora están expuestas en el Museo de la ciudad. Otros, como los hipocáustos, permanecen aún bajo el solar de la catedral.
Después se construyó encima de estas termas el palacio del rey Ordoño II, que cedió el terreno en el año 916 para que se construyese una catedral de estilo Prerrománico. Hacía poco tiempo había ocupado el trono de esta ciudad al vencer a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz.
Esto ocurrió bajo el episcopado de Fruminio II, quien, “con la ayuda del pueblo fiel”, transformó aquellos espacios en lugar sagrado. El templo estaba custodiado y regido por monjes de san Benito.
Como se tenía la norma de enterrar a la nobleza dentro de los templos. Al morir el rey Ordoño se le enterró en la catedral en 924. En el epitafio de su tumba, labrada en el siglo XIII, se agradece por parte del pueblo leonés, el “haber cedido su silla real para sede episcopal”.
Almanzor “El victorioso” caudillo del Califato de Córdoba, pasó por la ciudad devastandola al igual que sus templos en varias de sus incursiones. No debió ser mucho el daño que se produjo en la catedral porque en el año 999 era coronado en ella, el rey Alfonso IV.
Hacia el 1067 el estado de la Catedral era de suma pobreza. El rey Fernando I se entristeció al ver su estado, y después de trasladar los restos de san Isidoro a León, “se volcó en favores a la misma”.
Con este rey se inició una época pacífica en la que cosechó grandes triunfos en la expansión del reino cristiano. Era el momento del florecimiento del románico isidoriano.
Con la ayuda de la princesa Urraca, se construyó una catedral de estilo Románico que consagraron en el año 1073. Esta catedral se mantuvo en pie hasta finales del siglo siguiente cuando accede al trono el último rey de León, Alfonso IX.Finalmente se construyó la actual catedral Gótica en 1205 junto a la muralla del siglo XII. Esta catedral ha sufrido muchísimos cambios ya que siempre ha tenido problemas de estructura.
“Leyenda del topo maligno”
En 1631 se derrumbaron parte de las bóvedas de la nave central y Juan Naveda, arquitecto de Felipe IV, cubrió el crucero con una gran cúpula. En 1755 a causa del terremoto de Lisboa la catedral se vio afectada, sobre todo sus vidrieras.
En 1857 empezaron a caerse las piedras de las Bóvedas y en 1876 la Junta General del Reino advertía de su fragilidad.
En un momento dado tuvieron que parar la obra durante 50 años y estuvo cerrada hasta 1901. Pero en vez de echar la culpa a los constructores, se la echaron a un topo que según ellos todo lo que construían, el topo lo destruía por la noche y tenían que volver a empezar.
La gente del lugar que estaba harta de tantos retrasos, se quedaron un tiempo esperando al topo. En el momento que lo vislumbraron le dieron tal cantidad de garrotazos que lo dejaron allí mismo muerto.
Para que quedara aviso de lo que les podía pasar a otros animales o personas si se retrasaban otra vez las obras, decidieron colgar el pellejo del topo en el interior de la catedral.
Estuvo colgado allí en lo alto de la puerta de San Juan en agradecimiento a la virgen María hasta los años 90, momento en que decidieron llevarlo a una exposición en Barcelona.
Cuando bajaron al animal para llevarlo a restaurar antes de exponerlo, se percataron de que no era un topo, sino una tortuga laúd. Se piensa que pudo ser que algún Peregrino la donase a la catedral.Se cree que la tortuga pudo haber sido colocada allí en la última gran restauración ya que el hastial donde fue colgado no tiene mas de 100 años. Los restos de la tortuga fueron restaurados en Madrid antes de ser expuestos en Barcelona.
El 29 de mayo de 1966 cayó un rayo y se declaró un incendio que destruyó casi todo el techo. Aún hoy suceden percances, como el desprendimiento en enero de 2015 de una parte de una cornisa.
¿Será que el topo sigue haciendo de las suyas…?
Bibliografía