Revista América Latina

El Torito Cango. Mitos y leyendas en la Cultura Palta

Por Miguel Angel Montesinos Sanchez @EcuadordelSur

El Torito Cango. Mitos y leyendas en la Cultura Palta

El majestuoso Pisaca, perdíz en quechua

Toda cultura comprende ritos, mitos, leyendas, etc, que conforman su idiosincrasia característica. La Cultura Palta no podría ser de otra manera y desde los años 500 de nuestra era, aproximadamente, comenzó a organizarse el Señorío o Cacicazgo de los Paltas y más tarde la Confederación de los Paltas que ocupó todo el territorio de Loja, parte de Zamora y El Oro. La Confederación, estuvo integrada por cuatro cacicazgos bastante similares: los Chaparra al norte, los Garrochambas en el centro y oeste, los Calvas al este, y los Malacatos en noreste con dirección al Alto Chinchipe. Con los incas, se integró al señorío de los Ambocas en el centro y los Saraguros en el norte.
Esta cultura preincaica creó sus propias leyendas y mitos a partir de sus creencias y os paso a transcribir una de las mas famosas; El "torito Cango"
"En Catacocha, la montaña Pisaca era la deidad que hacía llover en la zona. Un mito muy popular nos confirma este papel. El mito nos cuenta que el cerro Pisaca tenía un hijo, el "torito Cango", que pastaba en el cerro y que sólo podía alimentarse del pasto que crecía en estos sitios. Este torito tenía la virtud de que al mugir hacía llover y él mismo era un gran reproductor, de manera que mientras vivió en la zona había agua y prosperidad.
Cabe observar que el mito ha sido ambientado a la presencia del ganado vacuno que trajeron los españoles, pero conserva la antigua tradición de relacionarlo con la lluvia y la fertilidad. Varios moradores sostienen que no era un torito, sino un venado, es decir un animal propio de la zona. Cualquiera sea el animal, la pertenencia al cerro y su nombre "Cango", lo relacionaban con la línea ritual que va desde Pisaca a Cangonamá: el toro se llama precisamente "Cango", en tanto el sufijo "namá" siempre se refiere a lugar.


El mito continúa señalando que, en diversos momentos, shamanes Guayacuntu, primos, amigos y rivales de los Paltas, quisieron robarse al toro (desde Huancabamba-Ayabaca), pero el toro regresó, herido, atacado por las fieras, fiel a su tierra.
Hoy los campesinos de la zona explican la sequía, la pérdida de las lagunas y de las quebradas por el robo final del torito hijo del Pisaca."
Bibliografía:
Sembrando Agua para la vida - COMUNIDEC / Abril 2008 / Galo Ramón Valarezo
Albalá Medina, Laurentino, Paltas: leyendas y tradiciones, CCE Núcleo de Loja, UTPL 1995


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