Seguro que si nos demandaran que nombráramos los diferentes perfiles profesionales existentes en un Centro de Salud o un Hospital, la mayoría de nosotros lo último que nombraríamos (en caso de hacerlo) sería el trabajador social.
El trabajo social sanitario es un ámbito de acción muy poco reconocido por la sociedad, limitándonos a ser conocidos principalmente en el ámbito de los Servicios Sociales (tanto de Atención como Especializados) y entidades del Tercer Sector; donde se les caracteriza por ser exclusivamente gestores de los recursos sociales.
No obstante, para una valoración integral del paciente es necesario un equipo multidisciplinar, compuesto por profesionales de medicina, enfermería y trabajo social; capacitado para tratar no sólo los problemas de salud sino también los factores sociales que guardan relación con dicho problema de salud. Dicha forma de valoración es de vital importancia para colectivos como pueden ser los ancianos, los enfermos crónicos, las personas con enfermedad mental grave, aquellos enfermos cuya situación es terminal, los que presentan problemas de adicción, casos de violencia de género, etc.
Así, el trabajo social sanitario es la actividad profesional que investiga e interviene en los factores psicosociales que inciden en el proceso de salud-enfermedad, así como en el tratamiento de los problemas surgidos debido a las situaciones de enfermedad (Ituarte, 2009).
Características del Trabajo Social Sanitario
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Intervención concebida individual o colectivamente, según sea casos de familia, grupos o comunidades.
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Soporte fundamental para la gestión de los servicios sanitarios, en la planificación de las diferentes prestaciones, el seguimiento de su funcionamiento y la proyección de futuras necesidades.
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Garantiza la continuidad de la asistencia y dota de significado a la problemática que afecta al caso.
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Pone a disposición de los pacientes los medios que facilitan el acceso y la permanencia dentro del sistema sanitario. (Izquierdo, Torres y Martínez, 2011)
Funciones de los trabajadores sociales sanitarios
- Función asistencial: atención a los usuarios que, debido a su enfermedad, presentan una demanda de atención social o psicosocial. Las principales actividades son:
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Estudio global de la situación-problema.
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Aportación de las valoraciones sociales al diagnóstico general.
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Establecimiento de un tratamiento social integrado en el plan global de intervención del equipo.
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Orientación, apoyo y asesoramiento a familias, individuos y grupos.
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Información sobre prestaciones, acceso y utilización de los recursos sanitarios y sociales existentes.
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Valoración y captación de situaciones y grupos de riesgo en colaboración con el resto de profesionales.
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Potenciación de los recursos personales de las personas y sus familias, fomentando la autorresponsabilidad en la resolución de su problemática.
- Función educativa: orientada a potenciar la participación y capacitación individual y de la comunidad para la autorresponsabilidad y el autocuidado. Las actividades se basan en:
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Conocer los recursos asociativos de la zona y sus actividades.
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Captar y atender las demandas surgidas en los grupos, instituciones u organizaciones de la comunidad.
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Promover la organización de la comunidad para lograr su participación activa en las actividades del Centro.
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Diseño, desarrollo y evaluación de actividades educativas con el resto de miembros de los equipos.
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Contacto y coordinación con instituciones de la comunidad: educación, servicios sociales, asociaciones en relación con la educación sanitaria.
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Participar en el Consejo de Salud de zona/comisión técnico asistencial del hospital.
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Función investigadora: Explorar las causas o factores sociales que tienen mayor relación en el proceso de salud-enfermedad, así como aquellas intervenciones sociales más eficaces en los diferentes procesos.
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Función de coordinación: Para optimizar los recursos y desarrollar actuaciones de coordinación intra e interinstitucional, especialmente frente a situaciones o problemáticas sociosanitarias.
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Función Formativa: Participar en las unidades docentes de las Áreas aportando los aspectos sociales y psicosociales y de participación comunitaria.
Situación actual del Trabajo Social en el ámbito sanitario
Como muestran diversos estudios, por las necesidades y problemas atendidos desde el Trabajo Social, se observa un incremento de las competencias en el ámbito sanitario de los trabajadores sociales; no sólo en centros sanitarios u hospitales sino también en la atención a colectivos como la Tercera Edad, la Planificación Familiar, la Educación especial o la Dependencia y Discapacidad. A pesar de este incremento, la sensación que tienen muchos profesionales en los equipos sanitarios es de “estar fuera de lugar, hablar otro lenguaje, ser el intermediario con el campo social…” lo que genera cierta insatisfacción al dotarse de identidad desde la diferencia existente entre las ciencias sociales y las naturales.
Una de las principales quejas que en el Trabajo Social Sanitario impera en la actualidad, con la incorporación de las denominadas enfermeras de gestión de casos, es el intrusismo existente.
Hay que tener claro que no podemos hablar de intrusismo porque una enfermera, un médico, se interese por los aspectos sociales de los enfermos que atienden, es su responsabilidad, como no es intrusismo que un trabajador social sanitario se interese por las dolencias y enfermedades, tratamientos de las mismas personas. Por el contrario, será intrusismo cuando otros profesionales aplicarán procedimientos o protocolos propios del trabajo social, por ejemplo elaborando el diagnóstico social sanitario y desarrollando en base a él un plan de intervención. Lo que parece que ocurre con el papel de las enfermeras de gestión de casos.
Las enfermeras de gestión de casos se encargan del proceso de colaboración mediante el que estas profesionales velan porque tanto el paciente como su familia alcancen los objetivos terapéuticos previstos, identificando y movilizando los recursos necesarios y facilitando la intervención de los diferentes profesionales y servicios. Por tanto, los límites entre las funciones de estos profesionales y los trabajadores sociales están algo difusos.
No obstante, la enfermería no gestiona casos, en tanto que implica mucho más abarcando otras dimensiones aparte de la sanitaria: familiar, laboral, relacional, económica, medioambiental, parental,… Así, sería más correcto que a este perfil profesional se le denominará “enfermera de gestión de cuidado”.
En resumen, y puesto que parece que no hay un intrusismo sino una confusa delimitación de las funciones, creo que es el momento de empezar a reivindicar nuestro papel dentro del ámbito sanitario, dando una mayor promoción a las funciones que tenemos.
Referencias de Interés:
Ituarte, A. (2009). Sentido del Trabajo Social en Salud. Zaragoza.
Izquierdo, J., Torres, R., Martínez, L. (2011). Estado de Bienestar y Trabajo Social. Madrid: UNED