Hay pacientes que no tienen muy claro aquello de que tenemos un cupo y trabajamos para más gente, como el adolescente que me vino a ver ayer cuando, teniendo llena la sala de espera, sentí el nudo de la resignada paciencia a la altura del cuello:
-. A ver, Adrian, qué te pasa hombre?
-. Pues un poquito de todo... Pero primero le cuento las dos o tres cosas más importantes, y luego ya vamos viendo lo demás, de acuerdo?...