1.- Obsesiones: son ideas, imágenes mentales o impulsos que el niño o adolescente tiene de forma recurrente, vuelven una y otra vez, y no puede evitarlo. Le producen mucha ansiedad y en muchas ocasiones reconoce que son producto de su propia mente, no reales, e intenta suprimirlas o ignorarlas. Las más frecuentes son:
- Temor a contaminarse o ensuciarse
- Ideas agresivas o de contenido sexual
- Temor a causar daño o a que otros les pase algo (padres, familiares, hermanos…)
- Necesidad de que todo sea simétrico
- Escrupulosidad excesiva
2.- Compulsiones: son comportamientos repetitivos como el lavado de manos, ordenar cosas, apagar y encender la luz… o bien acciones mentales como rezar, contar, recitar… que el niño se siente obligado a realizar en respuesta a la obsesión. Estas compulsiones tienen el objetivo de reducir el estrés que provocan las obsesiones o bien evitar que “pase algo malo”, aunque suelen ser acciones excesivas o no relacionadas con la obsesión. las más frecuentes son:
- Necesidad de lavarse (más del 85% de los niños)
- Repetir algo hasta que salgo bien (el 51% de niños)
- Asegurarse (hasta el 41% de los niños)
- Tocar
- Contar objetos hasta un número determinado
- Ordenar
- Rezar
- Acumularlo todo sin tirar nada
El tratamiento se basa en combinar fármacos antidepresivos (fluoxetina, fluvoxamina, setralina o paroxetina) y terapia psicológica cognitivo-conductual (Exposición y Prevención de Respuesta). Véanlo en el siguiente vídeo.