El tren hullero: leon – bilbao

Foto: Sara Gordón

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

La demanda de carbón de la industria siderúrgica vizcaína propició la construcción del Ferrocarril de La Robla. Foto: Sara Gordón

Los medios de transporte te hablan de tu manera de viajar y de conocer, cuando un avión te deja en una ciudad desconocida es como si te teletransportaras a ella, empiezas a conocer cuando comienzas a andar. Sin embargo cuando se viaja en tren se conoce antes de alcanzar el destino, el viaje en sí es un grado. El sosiego de su caminar, las ventanas enormes, el pasillo paseable, los asientos espaciosos hacen del trayecto una experiencia libre de todo destino. El tren es un lugar donde se crea un clima de confianza y atemporalidad propicio para confesiones, como lo hacen los protagonistas de “Extraños en un tren”, no es por casualidad que para llegar al colegio Hogwarts de magia haya que coger el transporte en el andén 9 ¾, solo su trayecto inspira historias como la del “Asesinato en el Orient Express” o invita a conocer un país, como los trenes que llevaron a Gandhi a lo más profundo de la India.

En 1991 el tren dejó de utilizarse para el tráfico de pasajeros y se reanudó en el 2003. Foto: Sara Gordón

Foto: Sara Gordón

El tren hullero que une León con Bilbao, es un trayecto histórico renovado, un museo sobre vías. Con su paso cansado de tanto haber cargado carbón recorre impresionantes paisajes sin hacerse notar. Tal vez sea la vía estrecha o que desde 1894 lleva haciendo el recorrido pero la mimetización con el medio es total, igual que no hay paisaje sin una montaña concreta o un lago o un árbol tampoco lo hay sin el conocido como el ferrocarril de la Robla.

Foto: Sara Gordón

Y así va el tren recorriendo por gusto las provincias de León, Palencia, Cantabria, Burgos y Vizcaya. Digo por gusto aunque no está jubilado que sigue trabajando con la carga de carbón y arena silícea. Cuando empezaba llegó a cargar con más de 220.000 toneladas de carbón, cifra envidiada por otros ferrocarricales. Tiene otro título del que puede estar bien orgulloso y es que es la línea de vía estrecha más larga de Europa Occidental con 335 km.

Foto: Sara Gordón

Siete horas y cuarenta minutos separan las ciudades de León y Bilbao; siete horas y cuarenta minutos de montañas, valles, pueblos, estaciones renovadas, túneles, puentes; siete horas y cuarenta minutos de reflexión, contemplación, charlas, risas; siete horas y cuarenta minutos que en los noventa eran doce horas.