Ahora el semanario en lengua catalana “EL TRIANGLE” llega al fondo de la cuestión con el artículo titulado “L'Ajuntament de Barcelona escomet contra la maçoneria”.
Aquí tenéis la traducción al castellano.
“El Ayuntamiento de Barcelona arremete contra la masonería”
Por Jaume Reixach
Un peligroso «virus» se ha instalado en el Ayuntamiento de Barcelona. Es el «virus» de la intolerancia y la incultura supina
Lo más preocupante es que esta devastadora enfermedad, perturbadora de las funciones intelectuales, se ha detectado al despacho del concejal de Cultura, Conocimiento, Creatividad e Innovación, cargo que ostenta actualmente Jaume Ciurana, uno de los más conspicuos «talibanes» de CDC.
Los efectos de este maligno «virus» ya se han dejado notar en varios puntos de la Ciudad Condal, como la plaza del Rei, en una esquina de la plaza de Sant Jaume o al Born. El último ataque se ha producido al paseo de Sant Joan, concretamente al número 26, sede de la venerable Biblioteca Arús. En este caso, el «virus» se ha cargado cinco placas de mármol que varias instituciones masónicas habían colocado, años atrás, en el vestíbulo que da acceso a la escalinata de entrada a la biblioteca. Órdenes del concejal Un mail me alertó días atrás de este nuevo ataque. Un visitante habitual de este prestigioso archivo documental y bibliográfico se dio cuenta que las cinco placas de mármol negro habían desaparecido y me comunicó su extrañeza. Después de las oportunas averiguaciones, he podido constatar que, en un ataque de obnubilación mental provocado por este «virus», el regidor Jaume Ciurana -del cual depende la Biblioteca Arús- había dado órdenes tajantes de que fueran retiradas. ¿Qué tiene Jaume Ciurana contra la masonería? Es pertinente recordar que, años atrás, otros conocidos dignatarios, como Francisco Franco, Joseph Stalin, Benito Mussolini o Adolf Hitler, compartieron la misma paranoia contra los hermanos de la escuadra y el compás que profesa el regidor de Cultura, Conocimiento, Creatividad e Innovación del Ayuntamiento de Barcelona. Según parece, el «virus» de la intolerancia y la incultura supina también provoca amnesia. Y es que, por poco que haya leído, Jaume Ciurana tendría que saber que los cuatro presidentes de la Generalitat republicana –Francesc Macià, Lluís Companys, Josep Irla y Josep Tarradellas– eran masones. Como masones eran destacados catalanes de la talla de Joan Delgado, Francesc Pi i Margall, Estanislau Figueras, Valentí Almirall, Francesc Ferrer i Guardia, Víctor Balaguer, Narcís Monturiol, Marcelino Domingo, Antoni M. Sbert, Lluís Nicolau d’Olwer... Todos ellos identificados con la causa de la democracia, el progreso social y el catalanismo. También Baden PowellQuizás el concejal Jaume Ciurana, convergente de la línea dura, considera que los masones no son suficientemente «independentistas» y que son sospechosos en connivencia con los indeseables socialistas. Pero aquí también se equivoca. La masonería es, por esencia, liberal y no se decanta por ningún partido político en especial, siempre que este defienda los valores de la democracia, la tolerancia y la paz. Además, notables independentistas catalanes como Jaume Aiguader –primer alcalde de la Barcelona republicana–, Jaume Compte, Ventura Gassol o Joan Casanovas –que fue presidente del Parlamento de Cataluña– también eran masones.
La edición en elsemanario EL TRIANGLE