Revista Deportes

El triángulo perfecto

Publicado el 01 noviembre 2014 por Futbolgol

sergio-busquets

Dos de los esquemas más empleados, actualmente, por los entrenadores de las grandes ligas europeas, presentan, en su centro del campo, a 3 jugadores. Tanto el 4-3-3 cómo el 4-2-3-1 tienen similares planteamientos de partida, aunque la resolución final pueda ser diferente. La idea es escalonar, lo máximo posible, la zona ancha, para así poder tener al equipo lo más compacto posible. Lo más normal, cuando se proponen estos esquemas iniciales, es alinear a un jugador de cada uno de los siguientes perfiles (para facilitar la comprensión se incluyen ejemplos basados en la selección española, equipo que, desde la retirada de Xabi Alonso y Xavi Hernández, está alineando 3 centrocampistas de manera bastante clara):

Pivote defensivo: El vértice más retrasado del triángulo, a este jugador se le requiere, sobre todo, unas aptitudes defensivas notables, que incluyan, colocación, concentración y anticipación. Es el encargado de hacer las coberturas a los laterales cuando estos suben al ataque. Con el balón, su principal labor es facilitar la salida de balón, tiene que tener un pase en corto notable, que le permita no perder casi ningún balón ya que cada pérdida, automáticamente se convierte en una ocasión de gol en contra. En la selección española, actualmente este rol lo desempeña Sergio Busquets, el jugador del Barça es un pivote defensivo de gran calidad, domina prácticamente a la perfección todas las tareas que se le requieren en esta posición.

Centrocampista mixto: No es necesario que domine a la perfección ninguna tarea pero sí que tiene que desenvolverse con soltura en todas y cada una de ellas, esto es, su rango de pase tiene que ser medio, siendo capaz de poder cambiar la orientación del juego, tiene que tener mucha resistencia, porque su área de acción es muy grande, va, aproximadamente, desde el borde del área propia hasta el borde del área contraria (lo que, en Inglaterra, se denomina un box to box), tiene que ser bueno trasladando el balón, en conducción y tiene que aportar en las tareas encomendadas al pivote defensivo. Es un rol de una exigencia máxima, al alcance de pocos jugadores. Para la mayoría de equipos es el tipo de jugador más difícil de encontrar. Si el jugador que ocupa este rol no es lo suficientemente técnico, se cae en el peligro de aplanar el centro del campo, sin embargo, si es un jugador muy liviano y con poco sentido táctico, se suele correr el riesgo de partir el equipo. Koke, del Atlético de Madrid, es el encargado por Vicente Del Bosque para este importante rol, el joven jugador, pardójicamente, en su equipo juega más escorado en banda.

Centrocampista ofensivo: Muy parecido al mediapunta, su responsabilidad está fundamentada en capitanear el juego ofensivo de su equipo, bueno técnicamente, con un gran último pase, capacidad de regate y llegada a gol. Para estar totalmente integrado y, sobre todo, si el esquema inicial es un 4-3-3 también tiene que implicarse defensivamente. Andrés Iniesta, pese a no haber sido ubicado en este rol hasta ahora, con la progresiva pérdida de importancia en el juego por parte de Xavi Hernández, lo está asumiendo tanto en el Barça como en la selección.


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