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Alberto Corazón es seguramente el diseñador más relevante de las últimas décadas. Su trayectora es extensa y brillante y suficientemente accesible y conocida.
En estos días está teniendo lugar en la Fundación Telefónica la exposición Diseño: la energía del pensamieto gráfico: 1965-2015 que recoge cincuenta años de historia a través de los diseños de Alberto Corazón.
Alberto Corazón. Fotografía: Pablo Almansa
Y son numerosas las menciones en prensa y entrevistas en diversos medios que se están haciendo eco del evento.
En una de esas entrevistas, en el reducto cultural del informativo nocturno de la Cadena Ser, que se emite en el tramo final del informativo Hora 25, entre las 23:40 y la medianoche, Alberto Corazón reflexiona sobre el compromiso del diseñador con el encargo y su trabajo como profesional, no como artista. Este es un extracto de sus palabras:
"El diseño es una herramienta para mejorar nuestra relación con lo que nos rodea. Sea un libro, un teléfono, un servicio público, el trabajo del diseñador debe ser una actividad inteligente. Vivimos en un momento de apoteosis de la mediocridad".
"El diseño es una radiografía en tiempo real de la sociedad que lo demanda. El origen del diseño es un encargo y la primera obligación del diseñador es defender ese encargo y está con su trabajo diciendo el día a día del entorno social y económico."
"El entono social, económico y cultural de los últimos años se ha caracterizado por un triunfo incomprensible y en toda regla de la mediocridad".
"La mediocridad se ha convertido en un valor dominante por encima de la excelencia. Si a eso unimos el otro componente del diseño que es su conexión con la actividad empresarial y económica, hemos vivido unos años de "tormenta perfecta": nos ha invadido un conjunción imbatible de mediocridad y codicia".
Hacia el final de la entrevista, surge la inevitable y oportuna pregunta: ¿cuál es su opinión como diseñador del nuevo logotipo del Partido Popular (PP)?
Es un ejemplo del triunfo de la mediocridad. El Partido Popular lo presenta a bombo y platilla como una imagen renovada.
Si ellos mismos consideran que eso es renovar una imagen, es una evidencia de pensamiento mediocre y absolutamente feliz de serlo.
Desde el punto de vista gráfico es absolutamente mediocre; es incluso una regresión.---
Escúchale decirlo al mismo Alberto Corazón.
Y si queréis una eplicación más detallada y técnica: ¿Por qué el nuevo logotipo del PP es malo?