Me gusta el cine pero tampoco soy un erudito de este arte ni he visto suficientes documentales como para apreciar en su totalidad el nivel técnico de uno de los más famosos de todos los tiempos. Aún así debo reconocer que es un documento de inestimable valor histórico que fascina y horroriza por partes iguales, tanto por su mensaje demoledor como por su grandeza visual. Riefenstahl disfrutó de medios ilimitados para su realización e hizo uso de decenas de cámaras para brindarnos una enorme variedad de planos desde todo tipo de ángulos y un montaje que engancha y que hace imposible apartar la vista de lo que desfila delante de tus ojos.
Mi puntuación: 8/10