Amor vincit omnia había sentenciado Virgilio; Caravaggio le dio forma iconográfica provocadora en 1602 y lo convirtió en un modelo que fue imitado por otros artistas barrocos.
El pintor holandés, afincado en Amberes, Thomas Willeboirts Bosschaert (1613 –1654) hace varias versiones del tema. Elegimos la tela del Museo Nacional de Suecia en Estocolmo por la riqueza de instrumentos matemáticos .
Eros se nos muestra triunfante sobre los despojos del poder, las artes y las ciencias, una vez derrotados. A nuestra derecha descansan el astrolabio, el compás, el globo terráqueo, y un transportador angular, todos lujosos instrumentos que muestran la extensión de la actividad científica.
El barroco ofrece muchas muestras representativas de lo superfluo de los anhelos de los hombres con sus Vanitas. En las “vanidades” se hace patente la piedad barroca y, además, nos aportan muchas imágenes matemáticas. Los Triunfos del amor hacen una interpretación similar pero mucho más vitalista. Que la matemática forma parte de los placeres del mundo, junto a las artes y el poder, es un gran avance aunque al final sea vencida por un amor de ambigua interpretación.
El Museo Lázaro Galdiano de Madrid tiene una pintura gemela pero más pobre en instrumentos.