El ‘troleo’ de Luke – Cinco pistas para verle venir en ‘Los Últimos Jedi’

¿Te sorprendió el papel de Luke en la última parte de la película? En realidad, nos lo estaba chivando a gritos. Sobra decir que este entrada contiene SPOILERS.

La aparición de Luke en el momento justo en la base abandonada de Crait nos extrañó a todos. Al menos, en lo que al apartado lógico se refiere. Algunas de las preguntas que pudieron venirnos a la cabeza - ¿no estaba su X-Wing hundido? ¿qué entrada ha utilizado?- podían tener fácil respuesta, pero lo cierto es que ya se nos dejaba muy claro, a través de algunos detalles -más o menos evidentes- que se trataba de un Luke irreal, sin verdadera presencia material.

Por supuesto, el aspecto. No parecía probable que Luke hubiera decidido recuperar su look durante su viaje hiperespacial. Cortarse el pelo, arreglarse la barba y cambiarse de ropa en la cabina del caza no parecía plausible. De este modo, vemos a Luke con dos estéticas diferentes, una de las cuales pertenece a cierto tiempo anterior, cuando entrenaba a Kylo, lo que ensalza más su figura de viejo maestro cuando volvemos a verlo en la isla, concentrado en mantener su alter ego a media galaxia de distancia.

Leia de tonta no tiene una ensaimada, así que cuando Luke le entrega la cadena y le toca la mano, ella sabe perfectamente que no hay nada verdaderamente físico ni en su mano ni en su frente, que besan los labios del fantasma. Puede apreciarse de forma muy clara en su expresión, cuando Luke se separa de ella: desde ese preciso momento, Leia lo sabe.

3. ¿Jedi o supersaiyan?

Está claro que la evidencia más clara de todas es el hecho de que unos cuantos AT-M6s y AT-ATs bombardeen hasta la saciedad a un Luke que resurge cual Gokuh galáctico, gestito de chulería incluido. Muchos de nosotros, sin embargo, aunque nos quedamos con la necesidad de que se explicara más tarde el por qué de semejante proeza, no llegamos a imaginar que se trataría de una proyección de la Fuerza.

4. Sin huellas y sin roces

El suelo de sal del planeta Crait recubre una superficie de mineral rojo que queda al descubierto cuando se pisa sobre él. Si bien tenemos varios planos detalle de los pies de Kylo dejando huellas rojas sobre el blanco, tenemos asimismo al menos un plano detalle de los pies de Luke deslizándose sobre el suelo sin dejar rastro alguno.

Tampoco hay en el enfrentamiento de Luke y Kylo ni un solo roce entre ambos, razón por la que a los amantes de los duelos con sables láser les haya decepcionado la ausencia de uno en esta película. En ningún momento se encuentran sus espadas, y Luke se limita a esquivar -con una agilidad más de fantasma que de viejo maestro- los embistes de su sobrino. El plano ripo Matrix nos lo deja, además, muy claro.

5. Arma equivocada

Por supuesto, el sable. Ese famoso sable puede que haya dado una y mil vueltas desde que decidió vivir su propia vida en Bespin. Sin duda habrá vivido muchas aventuras, pero teletransportarse de Rey a Luke no parece que esté entre sus capacidades. Desde que Luke enciende el sable azul, y no su sable láser verde construido en Star Wars, Episodio VI: El Retorno del Jedi y presente en sus flashbacks, muchos nos olimos algo raro.

Por último, aunque no se trata realmente de ningún motivo por el cual uno pudiera adivinar la trampa, sí nos parece curioso que Luke Skywalker apareciera para hacer exactamente aquello que él mismo tachó de absurdo, cuando sugería que Rey y la Resistencia lo que esperaban de él era que apareciese y se enfrentara a toda la Primera Orden solo y espada en mano.

Eso es justamente lo que acabó haciendo. Más o menos.

Leer más en: Desvarios cinéfilos, El despacho del Master